miércoles, 25 de septiembre de 2019

El centinela



                                        

.Orlando Guevara Núñez
A fines de 1976 se celebró en Luanda, capital de la hermana República Popular de Angola, una gran concentración de masas para festejar un nuevo aniversario de la creación del  Movimiento Popular para la Liberación de Angola (MPLA).
Como es lógico suponer, en varias vías el tránsito fue cerrado, sobre todo en las calles aledañas o de acceso directo al lugar del acto. Y todos sabemos, por experiencias en Cuba, es esfuerzo que están obligados a hacer los veladores del Orden Público para que tanto peatones como conductores de vehículos no violen las normas de seguridad necesarias.
Ese día, un combatiente cubano que conducía una camioneta, llegó hasta un punto en el que no estaba permitido continuar. El soldado encargado de custodiar ese lugar e impedir el acceso, le indicó con una seña por donde debía desviarse. El soldado cubano insistió argumentándole:
- ¡Camarada, eu precisa pasar! O lo que es lo mismo: ¡Compañero, yo necesito pasar!
El centinela, impecablemente vestido con el uniforme de las FAPLA, movió lateralmente la cabeza, indicando la reiteración de la negativa más rotunda y volvió a señalar al cubano la ruta que debía seguir.
Pero nuestro compañero no se desalentó. De no cruzar por allí, tendría que dar una vuelta bastante larga para llegar a su destino y estaba dispuesto a no hacerlo sin agotar todos los recursos para tratar de convencer al soldado de que lo autorizara.
Detuvo el motor del vehículo y descendió de éste, caminando hasta situarse al lado del angolano. Trató de convencerlo de que iba a una misión importante, de que no podía perder tiempo y de que, en definitiva, el acto no había comenzado. El FAPLA lo miraba sin inmutarse.
Y cuando el cubano creyó que había argumentado lo suficiente como para convencer al centinela que le permitiera el acceso, lanzó de nuevo la petición, casi seguro de que no sería rechazada:
¡Camarada, eu precisa pasar!
Y  fue entonces que el centinela habló por primera vez.
-Mira, compay, ¡no jodas más y da la vuelta por donde te digo! ¿Tú no sabes que en Cuba lo hacemos igual?...

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