.Orlando Guevara Núñez
Un
tema muy sensible estaba tratando Martí: el de los estudiantes de medicina
fusilados, siendo inocentes, por el ejército colonialista español, el 27 de
noviembre de 1871. Titulo: Fermín Valdés
Domínguez. La publicación fue hecha en el periódico La Lucha, el 9 de abril de 1887
El
título obedece a que hace un análisis sobre la valiente actitud de su hermano
de lucha, quien cuando se hacía la exhumación de los restos del periodista
Gonzalo de Castañón, allí, en el cementerio, solicitó al hijo de éste que
desmintiera la calumnia de que el cadáver de su padre había sido ultrajado por
los estudiantes acusados de hacerlo. Y el joven, públicamente, así lo declaró,
lo cual constituyó una reivindicación de los jóvenes asesinados y una denuncia
al crimen contra ellos cometido. También le permitieron el acceso a la tumba de
los mártires y el rescate de éstos para rendirles tributo.
Así
escribe Martí sobre aquel hecho: ¿Qué hay en nuestra historia tan bello, desde
que cesamos de morir, como ese joven que se acerca, refrenando sus lágrimas, al
ataúd de donde surgió la muerte de sus ocho compañeros, para pedir a un hijo
conmovido que no deje ir cargadas con el crimen las cenizas nunca ofendidas de
su padre? ¿Qué manos temblaron como las suyas, cuando al abrir el ataúd, abría
su propia gloria? Sobre esa acción y la de bajar a la tumba de los estudiantes,
diría Martí: ¡Glorioso joven! ¡Ya puede morir, puesto que no ha de prestar a su
patria un servicio mayor!
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