.Orlando Guevara Núñez
Las intervenciones de los presidentes de Estados
Unidos y de Brasil en la Asamblea General de la Organización de las Naciones
Unidas, debían avergonzar a sus propios pueblos. Sus mentiras, su prepotencia y
el irrespeto a las más elementales normas de la convivencia de las naciones,
son una ofensa para la ética y demeritan
a los pueblos que representan.
Para Trump el sentido del respeto y de la ética debe
ser algo así como un huracán de 5.ta. categoría, que él mismo confesó no saber
que existía. Es de sentir lástima por un pueblo que tenga un presidente con
esas limitaciones para él insalvables.
Lo del brasileño no tiene nombre. O mejor dicho, sí
lo tiene: mentiroso, ignorante. Emulo de Trump.
Ambos, han ofrecido en este evento mundial, una
conferencia magistral de estupidez. Dúo de payasos que, seguramente, se han
equivocado de carpa.
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