martes, 24 de septiembre de 2019

Las revoluciones son como el café: han de hacerse con agua hirviendo




.Orlando Guevara Núñez

En esta metáfora, deja sentada Martí la gran verdad de que las revoluciones no son obras pasivas, sino fruto de la turbulencia, de la acción transformadora, de hombres y pueblos enfrentados a grandes obstáculos para lograr sus propósitos de redención. Epopeya de cambios que estremecen a los pueblos y a la humanidad. Sin frialdad ni tibieza. El nombre de revolución, en sí mismo, encierra un contenido hirviente: revolucionar, destruir males y fundar bienes. En sus Cuadernos de Apuntes, Nro. 206, figura ese pensamiento.

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