.Orlando Guevara Núñez
La historia de las agresiones de los gobiernos de los
Estados Unidos contra Cuba ha sido protagonizada siempre por los mismos
gobernantes prepotentes, por los mismos asesinos, los mismos mentirosos y los
mismos genocidas. Vale decir que por los mismos perros con los mismos collares.
Unos de estos perros han ladrado menos. Pero todos han
mordido igual. Ahora, Trump y su pandilla han dicho y reiterado, en relación
con Cuba –y también con Venezuela y Nicaragua- que todas las opciones están sobre la mesa. En 1962, ante
representantes del Pentágono y la CIA, el entonces Fiscal General de Estados
Unidos, Robert Kennedy, en nombre del presidente, había afirmado:
“La solución del problema cubano tiene máxima prioridad
en el gobierno de los Estados Unidos, todo lo demás es secundario. No debe
escatimarse ni tiempo, ni dinero, ni esfuerzo, ni fuerza humana No deben
existir incomprensiones en la participación de las agencias correspondientes,
ni en su responsabilidad para desarrollar este trabajo. Los directores de las
agencias participantes deben comprender que tendrán todo el respaldo que
necesiten”
En esa ocasión, el
Fiscal General yanqui agregó: El presidente Kennedy indicó que “el capítulo
final sobre Cuba no ha sido escrito. Tiene que hacerse y se hará”. En esa
ocasión, los perros imperiales ladraban menos. Los de ahora ladran más. Pero no
han dejado de morder.
Hoy se conoce, por documentos norteamericanos
desclasificados, que el 17 de marzo de 1960, el Consejo Nacional de Seguridad
de los Estados Unidos el Programa de
Acción Encubierta contra Castro y otro documento: Presiones Económicas contra el Régimen de Castro. Algunos perros
de entonces, como el Secretario del Tesoro, Robert Anderson, hizo gala de su
ignorancia, al afirmar que el corte del suministro del petróleo provocaría en la economía de nuestro país un efecto
devastador en un período de un mes o seis semanas. Con ese mismo objetivo, los
perros actuales se empeñan en cortar el suministro del petróleo a Cuba.
Entre las medidas de 1960, los yanquis se propusieron la
reducción del turismo norteamericano a hacia Cuba, para entorpecer la obtención
de divisas al país. Nada más parecido al bloqueo actual a su propio pueblo y la
prohibición de los viajes de Cruceros. Dos mordidas de los mismos perros.
La historia es larga, llena de agresiones, de crímenes,
de mentiras, de amenazas, de bloqueo genocida. De aquellos perros iniciales,
muchos han pasado ya a la cloaca de la
historia. Otros, tal vez vivan disfrutando el dividendo de sus crímenes. Pero
lo que sí puede afirmarse es que unos y otros- asidos al mismo collar- no
tendrán más opción que, revolcados en su propio estiércol, seguir ladrándole a la Luna, sin llegar a
entender nunca el por qué sus mordidas son impotentes para destruirla.
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