jueves, 21 de noviembre de 2019

Y será así, como lo pronosticó Fidel




.Orlando Guevara Núñez

Hoy los pueblos hermanos de Chile, Bolivia y Ecuador, que  colman sus calles y avenidas reclamando sus derechos al mundo mejor que ahora saben posible, son masacrados por sus propios ejércitos, que deberían existir solo para protegerlos.
Ese triste papel  de los ejércitos al servicio de los opresores y explotadores, no es nuevo. En Cuba lo conocimos muy bien, hasta que la Revolución  lo barrió para siempre. Y sucedió como lo pronosticó el joven revolucionario Fidel Castro durante el juicio que lo condenó a 15 años de prisión por los hechos del 26 de julio de 1953, es decir, el  asalto a los cuarteles Moncada, en Santiago de Cuba, y Carlos Manuel de Céspedes, en Bayamo.
“Veo que tengo por único público, en la sala y en los pasillos, cerca de cien soldados y oficiales. ¡Gracias por la seria y amable atención que me están prestando! ¡Ojalá tuviera delante de mí todo el Ejército! Yo sé que algún día arderá en deseos de lavar la mancha terrible de vergüenza y de sangre que han  lanzado sobre el uniforme militar las ambiciones de un grupito desalmado. Entonces ¡ay de los que cabalgan hoy cómodamente sobre sus nobles guerreras... si es que el pueblo no los ha desmontado mucho antes!
“Muere por el régimen, soldado, dale tu sudor y tu sangre,  te dedicaremos un discurso y un ascenso póstumo(cuando ya no te importe), y después... seguiremos viviendo bien y haciéndonos ricos; mata, atropella, oprime al pueblo, que cuando el pueblo se canse y esto se acabe, tú pagarás nuestros crímenes y nosotros nos iremos a vivir como príncipes en el extranjero; y si volvemos algún día, no toques tú ni tus hijos en la puerta de nuestros palacetes, porque seremos millonarios y los millonarios no conocen a los pobres. Mata, soldado, oprime al pueblo, muere por el régimen, dale tu sudor y tu sangre...”
“Ningún arma, ninguna fuerza es capaz de vencer a un pueblo que se decide a luchar por sus derechos. Los ejemplos históricos pasados y presentes son incontables. Está bien reciente el caso de Bolivia, donde los mineros, con cartuchos de dinamita, derrotaron y aplastaron a los regimientos del ejército regular”
Así, como lo dijo Fidel, sucedió en Cuba, donde hoy el ejército es el pueblo y el pueblo es el ejército. Y por eso es invencible. Y así, sin duda, sucederá en todos los lugares donde los ejércitos traicionan, oprimen y matan a quienes  debían proteger. Y con más razón porque la mayoría de esos ejércitos, los soldados, forman parte del pueblo traicionado y masacrado, siendo sus principales jefes los aliados a los explotadores y asesinos. Y la victoria final será de los pueblos.

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