.Orlando Guevara Núñez
La comisión de la OEA que auditó los resultados de las
elecciones del 20 de octubre en Bolivia, al pronunciarse por realizar
elecciones nuevas y cambiar a los integrantes del Consejo Electoral, adoptó una
decisión no técnica, sino política. Así lo reconoció el presidente legalmente
electo, Evo Morales, en su comparecencia televisiva donde anunció su renuncia.
Y era de esperar. La OEA de demostrado ser un organismo
que incondicionalmente se subordina a los mandatos del gobierno imperialista de
los Estados Unidos. Defiende al capitalismo y está contra el progreso de los
pueblos. No hay causa de gobiernos revolucionarios
en este continente, que no haya sido objeto de calumnias y de maquinaciones
tratando de destruirlos.
Hoy en Bolivia se está viendo ya quienes son los opositores
que la OEA favoreció con su dictamen. Terroristas, fascistas, personas sin
escrúpulos que se están ensañando contra
personas, las agreden, les queman sus casas, las golpean, las humillan. Y se
preparan para el asalto final al poder que regrese a Bolivia a su condición de súbdita
del poder imperial, y de uno de los países más pobres del continente americano.
De seguro, pronto saldrán a la luz pública detalles sobre las maquinaciones imperiales y de los circulos reaccionarios contra Evo, incluso desde mucho antes de las elecciones.
Habrá que estar atentos al desarrollo de los
acontecimientos. Es presumible que una parte importante del pueblo beneficiado
grandemente por el gobierno de Evo, se resigne a perder sus conquistas.
Mientras tanto, nos sumamos a la solidaridad con ese hermano pueblo y con el
presidente legalmente electo e ilegalmente obligado a la renuncia por un burdo
golpe de estado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario