.Orlando
Guevara Núñez
¡Los árboles se
han de poner en fila, para que no pase el gigante de las siete leguas!
.Es la hora del
recuento, y de la marcha unida, y, liemos de andar en cuadro apretado, como la
plata en las raíces de los Andes!
".Crear es la
palabra de pase de esta generación".
. "El vino, de
plátano; y si sale agrio, ¡es nuestro vino!"
." No hay odio de
razas, porque no hay razas"
." Peca
contra la Humanidad el que fomente y propague la oposición y el odio de las
razas".
"Injértese en
nuestras repúblicas el mundo; pero el tronco ha de ser el de nuestras
repúblicas".
Todas
estas afirmaciones martianas, aparecen en un mismo ensayo, uno de los más conocidos
del Apóstol cubano: Nuestra
América, publicado en el periódico El Partido Liberal, México, el 30 de enero de 1891. Es
un profundo análisis sobre la situación
entre las huellas del colonialismo
español, los peligros de las pretensiones norteamericanas y las limitaciones
propias de los pueblos que están llamados a prepararse para ejercer por sí
mismos su independencia.
“Lo
que queda de aldea en América ha de despertar. Estos tiempos no son para
acostarse con el pañuelo en la cabeza, sino con las armas de almohada: las armas
del juicio, que vencen a las otras”.
“El
desdén del vecino formidable, que no la conoce – alerta- es el peligro mayor de nuestra América; y
urge, porque el día de la visita está próximo, que el vecino la conozca, la
conozca pronto, para que no la desdeñe. Por ignorancia llegaría, tal vez,
a poner en ella la codicia. Por el respeto, luego que la conociese,
sacaría de ella las manos”.
Los peligros alertados por el Héroe Nacional cubano, se han hecho realidad. El imperio yanqui ha caído sobre los pueblos de la sufrida América. Pero la hora de ponerse en fila para cerrarle el paso a ese voraz enemigo, está también en marcha, encabezada por las patrias de él y de Bolívar. Ahi está Bolivia. Y otros lugares donde los pueblos no son un rebaño, sino lava de volcán. No son frentes inclinadas, sino puños apretados y en alto; no gargantas ahogadas por sollozos, sino incubadoras de gritos de rebeldía y exigencia de derechos de un mundo mejor que ahora saben posible.
Los cubanos, tomamos de José
Martí, con plena conciencia, su legado de que Trincheras de ideas valen más que trincheras de piedra. Frente al
mismo y principal enemigo de Cuba y
América, el gigante de las siete leguas, o lo que es lo mismo: el gobierno imperialista
de los Estados Unidos.
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