.Orlando Guevara Núñez
He aquí un pensamiento
martiano expresado en un alegato de defensa al pueblo cubano, contenido en
carta enviada al periódico The Evening
Post, de
New York, respondiendo a un
artículo de esa publicación, el 25 de marzo de 1889, con varias ofensa a
nuestro pueblo.
La carta respuesta está
firmada por Martí, también en New York, el 21 de marzo de igual año. Su título
fue: Vindicación a Cuba.
El tema abordado por The
Evening Post, fue la posible anexión de Cuba a los Estados Unidos, aprovechando
para señalar deméritos de los cubanos.
Martí puntualiza en su respuesta:
No es éste el momento de discutir el asunto de la anexión de Cuba. Es probable
que ningún cubano que tenga en algo su
decoro, desee ver su país unido a otro donde los que guían la opinión comparten respecto a él las preocupaciones
sólo excusables a la política fanfarrona o la desordenada ignorancia.
Ningún cubano honrado se
humillará – afirmó- hasta verse recibido como un apestado moral, por el mero
valor de su tierra, en un pueblo que niega su capacidad, insulta su virtud y
desprecia su carácter.
Por otra parte, defendió
Martí la capacidad de cubanos que habían peleado en la guerra contra España, de
los que en la emigración se habían destacado como laboriosos y en el Cayo,
habían levantado una ciudad donde Estados Unidos no había logrado tener más que
casuchas, y a los muchos reconocidos por
sus méritos como científicos, comerciantes, empresarios, ingenieros, maestros,
abogados, artistas, periodistas, oradores
y poetas, donde habían tenido la oportunidad de demostrar sus
cualidades.
De esos cubanos dijo que no
podrían creer honradamente que la
adoración a la riqueza, el individualismo excesivo, junto al júbilo de una
victoria terrible, estén preparando a los Estados Unidos para ser una nación
donde no ha de haber opinión basada en el apetito inmoderado de poder, ni
adquisición de triunfos contrarios a la bondad y la justicia. Amamos a la
patria de Lincoln como tememos a la patria de Cutting.
En el pensamiento citado, al
principio no aparece la palabra cubano, aunque está claro que a ellos se
refiere: Hemos sufrido impacientes bajo
la tiranía; hemos peleado como hombres, y algunas veces como gigantes, para ser
libres.
En evidente alusión al
gobierno de los Estados Unidos, dice Martí, en relación con la capacidad cubana
de liberarse del yugo español, que
Merecemos, en la hora de nuestro infortunio, el respeto de los que no
nos ayudaron cuando quisimos sacudirlo.
Una por una rebatió las
ofensas. Y en cada caso destacó las virtudes del pueblo cubano. Afirmó, al final,
que La lucha no ha cesado y que “solo con la vida cesará entre nosotros la
batalla por la libertad”.
Un día de 2016, visité en la
localidad de Montecristi, Ecuador, un memorial allí erigido, en la cuna del
patriota Eloy Alfaro. Dos cosas me impresionaron mucho. A la entrada, el único
busto es el de José Martí. En el interior, junto a una gigantografía con un
pensamiento de Alfaro, amigo del héroe cubano, está el citado al inicio de este
trabajo.
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