.Orlando Guevara Núñez
Certero pensamiento del
Apóstol de la independencia cubana, evocado cuando de solidaridad con nuestro
pueblo se trata, frente al mismo enemigo que, en su nacimiento, caracterizó y
denunció José Martí: el imperialismo norteamericano.
Esas palabras fueron
publicadas en el periódico Patria, el 17 de abril de 1894, con motivo del
aniversario tercero de la fundación del Partido Revolucionario Cubano. Su
título: El alma de la Revolución y el deber de Cuba en América.
Así está escrito: “Un error
en Cuba es un error en América, es un error en la humanidad moderna. Quien se levanta hoy con Cuba, se levanta
para todos los tiempos. Ella, la
santa patria, impone singular reflexión;
y su servicio, en hora tan gloriosa y difícil, llena de dignidad y
majestad (…) Martí se está
refiriendo al papel del Partido Revolucionario Cubano, consciente de que está
forjando una obra trascendente más allá de nuestras fronteras.
Declara, por eso su
convicción de que “La independencia de
Cuba y Puerto Rico no es solo el medio único de asegurar el bienestar decoroso
del hombre libre en el trabajo justo a los habitantes de ambas islas, sino el
suceso histórico indispensable para salvar la independencia amenazada de las
Antillas libres, la independencia amenazada
de la América libre y la dignidad
de la república norteamericana.
Otro pensamiento, sobre este tema, aborda el
artículo, cuando afirma que en el fiel de América están Las Antillas,
si esclavas mero pontón de la guerra de una república imperial, y si
libres, garantía de equilibrio en el
continente y para la independencia de la América española, aún amenazada.
Alerta sobre el peligro, de ser dominadas por la república del Norte, ésta
abriría una inhumana pelea contra las potencias del orbe por el predominio del
mundo.
Presente está en esa prédica
martiana el peligro que acecha a la libertad cubana y los criterios
fundacionales de la república
preconizados por el Partido Revolucionario Cubano.
Un postulado muy conocido
por los cubanos, cierra ese escrito de José Martí:
¡Los
flojos, respeten! los grandes. Adelante! Esta es tarea de grandes.
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