.Orlando Guevara Núñez
En solo un año de presidente de los Estados Unidos,
Donald Trump ha sido calificado por
enemigos y amigos, como un tarado mental. Sus disparates lo distinguen como una
persona con incapacidad mental para dirigir un país, y menos a uno que, como el
suyo, tiene el riesgo de que una locura
conduzca al mundo al cataclismo nuclear, o lo que es lo mismo, al suicidio de
la especie humana.
Legisladores y científicos han compartido esa idea,
incluyendo a un grupo de 17 especialistas que así lo estimaron. Pero ahora un
especialista de la Casa Blanca dice lo contrario. Afirma que Trump está
completamente sano mentalmente. En una escala de 30, el mandatario sacó los 30
afirmó en su dictamen.
Escuchando esa conclusión, me vino a la mente un
recuerdo de mi niñez. Cuando alguien cometía un disparate, actuaba en forma
irracional y se complacía en ofender a los demás, mi abuela lo calificaba de
esta forma: “O está loco o es un sinvergüenza”
Siendo así, no hay alternativa: si el presidente norteamericano no tiene
problemas mentales, evidentemente padece de sinvergüencería.
Desde luego, el especialista que analizó a Trump no
explica su concepción sobre lo que considera un problema mental.
Ayer, en un reportaje de Telesur, una mujer
salvadoreña, se nota que de origen humilde, dio otro dictamen interesante, al
referirse a la ofensa de Trump sobre su pueblo: “Más mierda es él”. Así, me parecen más lógicas las conclusiones
de mi abuela y de la salvadoreña que la del especialista de la Casa Blanca.
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