.Orlando
Guevara Núñez
De cada cien
cubanos, setenta y cinco no habían nacido cuando comenzó el bloqueo económico,
comercial y financiero de Estados Unidos a Cuba. No saben lo que es vivir un
día sin sentir los efectos de esa criminal medida, violatoria de las más
elementales normas internacionales y de los derechos humanos de todo un pueblo.
Con el mayor
de los cinismos, cada gobierno imperial de turno ha propagado la mentira de que los problemas de
la economía cubana se deben a ineficiencia de nuestro Estado y de nuestro
sistema socialista. El pueblo cubano, sin embargo, ha resistido y ha mantenido
su Revolución y la ha engrandecido, a costa de grandes sacrificios y
privaciones.
La unidad
del gobierno y el pueblo han sido más fuertes que el bloqueo. Nos han faltado
bienes materiales, pero desde los primeros años de la Revolución no se ha
cerrado una sola escuela, ni un hospital, ni se ha dejado de garantizar a cada
cubano la asistencia social. Nadie ha quedado abandonado a su suerte. Por el
contrario, Cuba ha tenido logros económicos, políticos y sociales, en el ámbito
deportivo, cultural, científico y otras muchas esferas, inalcanzables para
muchos países donde el sistema capitalista es el sepulturero de millones de
personas.
En estos
días, al concluir el año, muchos países hablan del crecimiento de su PBI –producto
interno bruto- y lo anuncias como un sinónimo de desarrollo. Crecer en la
economía no es lo que determina el bienestar de los pueblos. Lo que decide no
es la cantidad de riquezas creadas, sino la forma en que éstas son distribuidas.
Y está demostrado que en el capitalismo la riqueza se concentra cada vez en
menos manos, mientras las grandes mayorías ven crecer entre ellas la miseria y
el abandono.
En el 2017,
la economía cubana creció un 1,6 por ciento, pese al bloqueo imperial, a los
efectos climáticos, a los desastres naturales, como el huracán Irma, que causó
pérdidas por 13 mil millones de pesos. Pero nadie ha quedado desamparado. Y el
presupuesto del 2018 garantiza los servicios básicos a la población, sin
comprometer el desarrollo del país.
He visto
cifras, de algunos países, donde alardean de un consumo per cápita de una forma engañosa.
Analizan determinados renglones solo
dividiendo el total consumido, entre el total de habitantes. Pero esas cifras
esconden la desigualdad de pocos que consumen mucho- incluso derrochan- y
muchos que consumen poco y en ocasiones prácticamente nada.
Aún en
muchos países desarrollados, millones de personas viven en la pobreza. Ese
es un mal que el capitalismo no podrá
resolver nunca porque, por su esencia, la opulencia es solo posible a costa del desamparo de la
mayoría.
El
socialismo en Cuba, distribuye los recursos en beneficio de toda la población,
sin excepción. Es por eso que, aún bloqueados, los cubanos tenemos garantizados
los bienes básicos para vivir con decoro. Y aspiramos a tener más, como
resultado de nuestro trabajo y de la derrota final del bloqueo genocida que
padecemos.
Hacia ese
objetivo marchamos. Estamos en un proceso de perfeccionamiento de nuestro
modelo económico. Son muchos los cambios ya en marcha. Pero cambios no al
estilo de lo que quiere el gobierno de los Estados Unidos para nosotros.
Hacemos los cambios que necesitamos y queremos para fortalecer el socialismo,
para hacerlo cada día más próspero y
sostenible.
Así, cada
día serán más los cubanos nacidos después del inicio del bloqueo. Y si un día
llegaran a ser el total de la población, tenemos la seguridad de que perdurará
la misma decisión: luchar, resistir, vencer. Esa es la clave de la victoria.
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