lunes, 18 de mayo de 2020

Los que no tienen el valor de sacrificarse, han de tener, a lo menos, el pudor de callar ante los que se sacrifican





.Orlando Guevara Núñez

Esta máxima martiana está contenida en un artículo publicado en el periódico Patria, el 22 de septiembre de 1894, con el título: El lenguaje reciente de ciertos autonomistas.

Con esta afirmación fustigaba Martí la política de los autonomistas, empeñados en poner obstáculos a los ideales independentistas de los cubanos, haciéndole el juego al  colonialismo español.
Como lo escribió el Apóstol, después de la palabra sacrifican, sigue: “o de elevarse, en la inercia inevitable o en la flojedad, por la admiración sincera de la virtud a que no alcanzan. Debe ser penoso inspirar desprecio a los hombres desinteresados y viriles”.
En este artículo se describe el partido autonomista  como desertado en Oriente, vencido en la conciencia camagüeyana, reducido en Las Villas al aplauso curioso de los teatros incrédulos  y  postergados  en Occidente.
“El autonomismo-dijo-  solo ha sido  útil, por la prueba de su ineficacia, a la Revolución. Mientras más viva, más revolucionarios habrá”.
Reafirma la posibilidad real de la Revolución. “Vimos ese deber abandonado por los demás y lo estamos cumpliendo. Más gloria no queremos que cumplirlo. Solo en el cumplimiento triste y áspero del deber está la verdadera gloria”.
Otra afirmación de Martí, relacionada con la patria, expresa su claro pensamiento sobre ella, sobre quienes la sirven o se le oponen: Para los fieles, vengan tarde o temprano, guarda Cuba todo su amor. Para los incapaces de amarla y servirla, basta con el olvido.
Pero en su política unitaria, no cierra caminos. Así concluye  su artículo: “El templo está abierto, y la alfombra está al entrar, para que dejen en ella las sandalias los que anduvieron por el fango, o se equivocaron de camino”.

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