.Orlando Guevara Núñez
Céspedes
y Agramonte. Así tituló José Martí un artículo publicado
en el periódico El Avisador Cubano,
Nueva York, el 10 de octubre de 1888.
Se cumplían veinte años del inicio de la primera Guerra
de Independencia cubana.
Escribía Martí sobre estos
dos grandes de la historia cubana:
“El extraño puede escribir estos nombres sin temblar, o el pedante, o el ambicioso: el buen cubano, no. De Céspedes, el ímpetu, y de Agramonte la virtud. El uno es como el volcán, que viene, tremendo e imperfecto, de las entrañas de la tierra; y el otro es como el espacio azul que lo corona. De Céspedes, el arrebato, y de Agramonte la purificación” “El uno desafía con autoridad como de rey; y con fuerza como de la luz, el otro vence”
“El extraño puede escribir estos nombres sin temblar, o el pedante, o el ambicioso: el buen cubano, no. De Céspedes, el ímpetu, y de Agramonte la virtud. El uno es como el volcán, que viene, tremendo e imperfecto, de las entrañas de la tierra; y el otro es como el espacio azul que lo corona. De Céspedes, el arrebato, y de Agramonte la purificación” “El uno desafía con autoridad como de rey; y con fuerza como de la luz, el otro vence”
Analiza a ambos con visión
de futuro:
“Vendrá la historia, con sus pasiones y
justicias; y cuando los haya mordido y recortado a su sabor, aún quedará
en el arranque del uno y en la dignidad del otro, asunto para la epopeya. Las
palabras pomposas son innecesarias para hablar de los hombres sublimes. Otros
hagan, y en otra ocasión, la cuenta de los yerros, que nunca será tanta como la de las grandezas”
Nuestro Héroe Nacional rememora los momentos del alzamiento
independentista de 1868. Y habla sobre las virtudes de Carlos Manuel de
Céspedes y de Ignacio Agramonte. Sobre la grandeza de los dos.
Y cierra su escrito con unas
palabras que lo resumen todo: ¡Esos son, Cuba, tus verdaderos hijos!
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