.Orlando Guevara Núñez
Con las palabras: el Partido
Revolucionario Cubano, es el pueblo cubano,
completó Martí esa afirmación. Se estaba refiriendo, precisamente, al
partido creado por él para hacer la revolución en su patria y auxiliar a la de
Puerto Rico. El pensamiento está en un
artículo en el periódico Patria, el 3
de abril de 1892.
Comenzando la idea, dice
Martí que los cubanos independientes y los puertorriqueños que se les hermanan, “abominarían de la
palabra partido, si significase mero bando o secta, o reducto donde unos
criollos se defendiesen de otros: y a la palabra partido se amparan, para decir
que se unen en esfuerzo ordenado, con disciplina franca y fin común, los cubanos
que han entendido ya que, para vencer a un adversario deshecho, lo único que
necesitan es unirse”.
Habla, precisamente, de la
unidad. Y de quienes le hacen el juego al enemigo principal, el gobierno
colonial español. Por eso afirma que ¡A
la mesa del castigador no puede sentarse con honra, sino sin honra, ningún
hermano del castigado!
Analiza los distintos momentos y causas por las que
suelen nacer los partidos, desde lo
superficial hasta lo profundo, concluyendo que “ El Partido Revolucionario
Cubano, nacido con responsabilidades sumas en los instantes de
descomposición del país, no surgió de la
vehemencia pasajera, ni del deseo vociferador e incapaz, ni de la ambición
temible; sino del empuje de un pueblo aleccionado, que por el mismo Partido
proclama, antes de la república, su redención de los vicios que afean al nacer
la vida republicana. Y erraría, de afuera o de adentro, quien lo creyese
extinguible o deleznable”.
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