miércoles, 2 de octubre de 2019

Octubre de1962: Un poco conocido calendario yanqui fracasado contra Cuba




.Orlando Guevara Núñez
Cada octubre, los cubanos dedicamos un recuerdo especial a los cruciales momentos vividos en ese mes de 1962, cuando nuestro pueblo estuvo amenazado por un holocausto nuclear y preservó su vida porque estuvo dispuesto a ofrendarla en nombre de sus principios de libertad y soberanía.
A nuestra memoria acuden el bloqueo naval norteamericano, las amenazas de exterminio, los intentos de destruir la Revolución utilizando los métodos más salvajes.
Recordamos al pueblo miliciano en pie de guerra, compartiendo trincheras con sus Fuerzas Armadas Revolucionarias y su Ministerio del Interior. Las mujeres ocupando en las fábricas los puestos de quienes habían cambiado las herramientas del trabajo por el fusil.
 Apoyamos el principio de no permitir ninguna inspección enemiga sobre el territorio cubano. Y no lo admitimos. La definición de ese fenómeno, de ese sentimiento individual y de pueblo, la encontré después en una afirmación hecha por Fidel, acerca de que nuestros misiles morales no podrían ser desmantelados jamás.
Por eso, cada año evocamos aquel episodio que nos hizo crecer como pueblo. El objetivo norteamericano terminó con un rotundo fracaso.
Pero en ese  mismo octubre,  hay  otra derrota imperial de la cual poco se habla. Precisamente para ese mismo mes y año, el gobierno de los Estados Unidos había programado el golpe final a la Revolución cubana.
Se trata de la Operación Mangosta – nombrada inicialmente Proyecto Cuba- fraguada después del desastre  de la invasión mercenaria de Playa Girón.
Dicha operación tenía el objetivo supremo de derrocar a la Revolución, para lo cual fueron trazadas 32 tareas en las áreas de inteligencia, políticas, económicas, psicológicas y militares. En noviembre de 1961, había quedado integrado el equipo, al mando de un general norteamericano, encargado de cumplir esas tareas mediante un cronograma bien definido.
Marzo de 1962, serían iniciadas las acciones con una preparación previa, como habían sido la expulsión de Cuba de la OEA, la ruptura de relaciones de Estados Unidos y la firma del presidente Kennedy del bloqueo a nuestro país. Otras medidas fueron el intento de crear en Cuba una oposición interna a la que, valga decirlo, no le tuvieron nunca confianza para asumir un liderazgo en este país.
Abril l-julio de 1962: Infiltración de nuevos agentes CIA, nuevas transmisiones radiales. Aparentar que existía un movimiento clandestino en Cuba. Esfuerzo en la organización de grupos internos y fomentar la fortaleza del mando contrarrevolucionario bajo la dirección de la CIA. Campañas para fomentar la acción c/r. Introducción de nuevos grupos, sabotajes.
Agosto  de 1962: Figuraba en el cronograma dedicado a desencadenar los mecanismos para la sublevación, bajo el supuesto de que el pueblo se rebelaría contra la Revolución. Resistencia pasiva en centros de trabajo, pasos de tortuga.  Formación de grupos paramilitares. Bandas en áreas clave de las montañas. Distribución documentos falsos para confundir al pueblo y virarlo contra la Revolución. Entre otras drásticas medidas.
Septiembre de 1962: Dedicado a sabotajes contra el transporte aéreo, terrestre y las comunicaciones.
Octubre de 1962: Por último, octubre de 1962 sería el escenario para el fin del Gobierno Revolucionario y la instauración de uno nuevo que permitiera el regreso a Cuba de los explotadores y fuera agradable para los Estados Unidos. La intervención militar norteamericana estaba dentro de los planes de Mangosta.
Los repetidos fracasos durante toda su preparación y ejecución,  hicieron que la Operación Mangosta se convirtiera en otro rotundo fracaso. Después de la Crisis de Octubre, el propio presidente Kennedy decretó la defunción de ese proyecto criminal.
Así, octubre de 1962 tiene para los cubanos el significado de dos grandes victorias contra el imperio norteamericano: La de la Crisis, llamada también de los Misiles, y contra la Operación Mangosta. En ambos casos, el pueblo cubano enalteció su vocación  patriotica y su decisión de morir de pie libre y soberano antes que vivir de rodillas cobarde y servil ante un amo. Queda claro que, con misiles o sin ellos, aquel octubre estaba destinado a ser escenario de una gran batalla de los cubanos contra el imperio norteamericano.
En libros como La guerra secreta, Proyecto Cuba, de Fabián Escalante Font, La CIA contra Cuba, de Jacinto Valdés-Dapena, y Bloqueo, el asedio económico más prolongado de la historia, de Andrés Zaldívar Diéguez,  puede el lector conocer importantes documentos desclasificados por el propio gobierno de los Estados Unidos y otros de nuestra Seguridad del Estado, con abundante información sobre este tema

No hay comentarios:

Publicar un comentario