.Orlando Guevara Núñez

Los promotores de la protesta
eran obreros fabriles, en desacuerdo con la pretendida mudanza de una fábrica para otro lugar y la
decisión yanqui de ocupar a españoles en las mesas de trabajo hasta entonces
por ellos ocupadas.
Habla Martí sobre la
desdicha de vivir en un pueblo “que nos desdeña y codicia, que en libros y
periódicos nos befa y achica, que nos tiene como gente jojota y femenil”. Y ese
es Estados Unidos, país ante el cual
“por sus lecturas tradicionales y erróneas, por el robo fácil de una
buena parte de México, por su preocupación contra las razas mestizas y por el
carácter cesáreo y rapaz de la conquista y el lujo ha ido
criando, es de deber continuo y de necesidad urgente erguirse cada vez que haya justicia u ocasión, a fin
de irle mudando el pensamiento” (…)
“Ellos, celosos de su
libertad, nos despreciarían si no nos mostrásemos celosos de la nuestra”, afirma. Apunta que hombres y pueblos van por este mundo
hincando el dedo en la carne ajena a ver si es blanda o si resiste. Y hay que poner
la carne dura, de modo que eche afuera los dedos atrevidos.
Ante quienes no se hacen
respetar, protestaron los cubanos. Y lo hicieron en un documento escrito en
inglés, ya que los aludidos no hablan
nuestro idioma.
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