.Orlando Guevara Núñez
Las agresiones de los gobiernos imperialistas de los Estados
Unidos, han causado miles de muertos a
los pueblos de la América Latina, mediante agresiones que, en la mayoría de los
casos, han quedado impunes. Y recordemos
que al pueblo cubano estuvieron dispuestos a barrerlo de la faz de la tierra,
durante la llamada Crisis de Octubre, en 1962.
Otras naciones latinoamericanas han sufrido también esas
agresiones. Una de ellas es Panamá.
En 1903, el gobierno norteamericano promovió la separación de Panamá, que formaba parte de
Colombia. Su objetivo estuvo claro, auto atribuirse el derecho sobre el Canal de ese país. Al año
siguiente, en la Constitución panameña se plasma el derecho de los Estados
Unidos de intervenir en el país cuando así lo estime. Se crearon allí bases
militares y se comienza la construcción del Canal. Historia parecida a la Enmienda Platt contra
Cuba.
En 1908,
fuerzas militares yanquis ocupan Panamá. La afrenta a ese pueblo continuó,
hasta el punto de intervenir militarmente otras cuatro veces en solo una década.
En 1918 llegan con el pretexto de “mantener
el orden público”. Igual lo harían en 1925. En 1946 fundó allí la Escuela para
las Américas, un emporio de dictadores latinoamericanos.
En 1941 tiene lugar en Panamá, con la anuencia y complicidad
del gobierno de los Estados Unidos, un golpe de Estado que derroca al
presidente. En el año 1989, la misma
potencia lanza una nueva agresión directa contra esta nación, con el pretexto
de tomar prisionero al presidente de ese país, Manuel Noriega, acusado de
narcotráfico. La invasión yanqui, que
causó más de tres mil muertes entre la población civil, tuvo sus verdaderas razones en el desacuerdo
de Estados Unidos con Noriega, que había determinado cerrar la Escuela
para las Américas, fábrica de dictadores
y de represión.
Una de las naciones más atacadas por los gobiernos de los
Estados Unidos en este continente ha sido, sin duda, la República Dominicana.
En fecha temprana como fue 1904, se produjo una invasión de la infantería de
marina norteamericana, con el fin de aplastar la oposición armada al presidente de este país.
Desde 1916 y hasta 1924, el ejército norteamericano mantiene su ocupación de la República
Dominicana. En 1930, se inicia, aupada por los Estados Unidos, la sangrienta
dictadura de Trujillo.
El año 1965 fue escenario de otra brutal intervención militar de los Estados Unidos en la República Dominicana. El motivo fue
intervenir en un conflicto
interno, una rebelión que pretendía restablecer en el poder al derrocado
presidentes progresista Juan Bosh. La
invasión estuvo avalada por la OEA, con la participación, además, de fuerzas de
varios países latinoamericanos. Diversas fuentes fijan entre 6 000
y 10 000 las bajas sufridas, principalmente entre la población civil.
Este conflicto concluyó con unas elecciones manipuladas, en
las cuales resultó electo un presidente del agrado de los Estados Unidos.
Otra vez sangre de nuestros pueblos para alimentar los
intereses yanquis. Sangre acribillada. Sangre derramada impunemente. De esa
historia acusadora para los Estados Unidos, no hablan los grandes medios,
azuzadores hoy de las amenazas yanquis contra el hermano pueblo de Venezuela.
A esta historia le faltan otros capítulos bochornosos de
intervenciones norteamericanas en nuestro sufrido continente. Los veremos.
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