.Orlando Guevara Núñez
Son muchos los escritos en los que el Héroe Nacional
cubano, José Martí, denunció los males de la sociedad norteamericana, de su
corrompido sistema electoral, de las desigualdades, la esencia explotadora de
ese sistema y la amenaza que representaba para la independencia de los pueblos
de América.
Hoy, si repasamos algunos de esos escritos, veremos que
esos males no han cambiado mucho y, si algún cambio existe, ha sido para peor.
Veamos solo algunos ejemplos.
En mayo de 1885, escribió, refiriéndose a una victoria
demócrata sobre los republicanos:
“Es recia, y nauseabunda,
una campaña presidencial en los Estados Unidos. Desde mayo, antes de que cada
partido elija sus candidatos, la contienda empieza. Los políticos de oficio,
puestos a echar los sucesos por donde más les aprovechen, no buscan para
candidatos a la Presidencia aquel hombre ilustre cuya virtud sea de premiar, o
de cuyos talentos pueda haber bien el país, sino el que por maña o fortuna o
condiciones especiales pueda, aunque esté maculado, asegurar más votos al
partido, y más influjo en la administración a los que contribuyen a nombrarlo
y sacarle victorioso”
Otro párrafo del escrito
martiano expone la descomposición moral del sistema electoral en los Estados
Unidos. “Una vez nombrados en las Convenciones los candidatos, el cieno sube
hasta los arzones de las sillas. Las barbas blancas de los diarios olvidan el
pudor de la vejez. Se vuelcan cubas de lodo
sobre las cabezas. Se miente y exagera a sabiendas. Se dan tajos en el
vientre y por la espalda. Se creen legítimas todas las infamias. Todo golpe es
bueno, con tal que aturda al enemigo. El que inventa una villanía eficaz, se
pavonea orgulloso. Se juzgan emancipados, aún los hombres eminentes, de los
deberes más triviales del honor. (…) Es un hábito brutal que curará el tiempo.
En vano se leen con ansias en esos meses los periódicos de opiniones más
opuestas. Un observador de buena fe no sabe cómo analizar una batalla en que
todos creen lícito campear de mala fe. De plano niega un diario lo que de plano
afirma el otro. De propósito cercena
cada uno cuanto honre al candidato adversario. Desconocen, en esos días, el
placer de honrar”.
En enero de 1886,
refiriéndose a los dos partidos contendientes en las elecciones, dijo:
: “Hoy, sobre todo, no
podría ninguno de los dos partidos rivales definir su política en un programa
fijo: porque la verdad es que cada uno de ellos está fraccionado en bandos enemigos, juntos solo por la necesidad
de apoyarse mutuamente para mantener o
asaltar el poder”
Y sobre cada uno, señala
Martí sus ambiciones, su deshonestidad, su indiferencia ante los problemas de
la nación. Sobre el Demócrata, en ese momento en el poder, explica cómo ha
incumplido todo cuanto prometió para escalar el mando. Y define a ambos en un
solo concepto: “Destruir sí pueden; pero no construir”.
En aquellos momentos, Demócratas
y Republicanos se disputaban el poder, lo alcanzaban, incumplían lo prometido,
se turnaban el gobierno. Es por eso una
afirmación de Martí: “Los partidos no se
conservan en el gobierno si no tienen las manos limpias de interés, y la raíz
en la verdad”.
Años después, en agosto de
1893, escribe que: el Norte ha sido injusto y codicioso, que ha
pensado más en asegurar a unos pocos la fortuna que en crear un pueblo para el
bien de todos. Y que ha mudado a la tierra nueva americana los odios todos y
todos los problemas de las antiguas monarquías.
Analiza que en el Norte no
hay amparo ni raíz, que los problemas se agravan y no existen ni la caridad ni
el patriotismo para resolverlos. “Los
hombres- dice- no aprenden aquí a amarse, ni aman el suelo donde nacen por
casualidad, donde andan sin respiro en
la lucha animal y atribulada por la
existencia”.
Y en septiembre de 1894,
afirma Martí: “Los pueblos de América
son más libres y prósperos a medida que más se apartan de los Estados
Unidos”
Va directo a lo que separa a
la naciente potencia del Norte y a los pueblos de América. Dice que de nuestros pueblos se
conoce menos de lo que urge saber aún por los mismos que escriben sobre las
cosas públicas y celebran a los Estados Unidos con la misma pasión que ponen en
denigrar a los pueblos de América, sin conocer sobre ambos más que una engañosa
superficie.
Asegura que los pueblos de
América “ascienden a la libertad segura y generosa en la misma proporción que
Estados Unidos descienden de ella. El Norte se cierra y está lleno de odios.
Del Norte hay que ir saliendo”..
Muchos otros ejemplos
podrían citarse para lo cual, muchos otros artículos habría que escribir. Sobre
todo porque los males actuales del gobierno norteamericano son más graves y de
consecuencias más funestas no solo para el pueblo de ese país, sino para toda
la humanidad.
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