miércoles, 13 de febrero de 2019

José Martí: porque vivió en el monstruo, le conoció las entrañas





.Orlando Guevara Núñez

Son muchos los escritos en los que el Héroe Nacional cubano, José Martí, denunció los males de la sociedad norteamericana, de su corrompido sistema electoral, de las desigualdades, la esencia explotadora de ese sistema y la amenaza que representaba para la independencia de los pueblos de América.
Hoy, si repasamos algunos de esos escritos, veremos que esos males no han cambiado mucho y, si algún cambio existe, ha sido para peor. Veamos solo algunos ejemplos.
En mayo de 1885, escribió, refiriéndose a una victoria demócrata sobre los republicanos:
“Es recia, y nauseabunda, una campaña presidencial en los Estados Unidos. Desde mayo, antes de que cada partido elija sus candidatos, la contienda empieza. Los políticos de oficio, puestos a echar los sucesos por donde más les aprovechen, no buscan para candidatos a la Presidencia aquel hombre ilustre cuya virtud sea de premiar, o de cuyos talentos pueda haber bien el país, sino el que por maña o fortuna o condiciones especiales pueda, aunque esté maculado, asegurar más votos al partido, y más influjo en la administración a los que contribuyen a nombrarlo y  sacarle victorioso”
Otro párrafo del escrito martiano expone la descomposición moral del sistema electoral en los Estados Unidos. “Una vez nombrados en las Convenciones los candidatos, el cieno sube hasta los arzones de las sillas. Las barbas blancas de los diarios olvidan el pudor de la vejez. Se vuelcan cubas de lodo  sobre las cabezas. Se miente y exagera a sabiendas. Se dan tajos en el vientre y por la espalda. Se creen legítimas todas las infamias. Todo golpe es bueno, con tal que aturda al enemigo. El que inventa una villanía eficaz, se pavonea orgulloso. Se juzgan emancipados, aún los hombres eminentes, de los deberes más triviales del honor. (…) Es un hábito brutal que curará el tiempo. En vano se leen con ansias en esos meses los periódicos de opiniones más opuestas. Un observador de buena fe no sabe cómo analizar una batalla en que todos creen lícito campear de mala fe. De plano niega un diario lo que de plano afirma  el otro. De propósito cercena cada uno cuanto honre al candidato adversario. Desconocen, en esos días, el placer de honrar”.
En enero de 1886, refiriéndose a los dos partidos contendientes en las elecciones, dijo:
: “Hoy, sobre todo, no podría ninguno de los dos partidos rivales definir su política en un programa fijo: porque la verdad es que cada uno de ellos está fraccionado en bandos enemigos, juntos solo por la necesidad de apoyarse mutuamente para mantener  o asaltar el poder”
Y sobre cada uno, señala Martí sus ambiciones, su deshonestidad, su indiferencia ante los problemas de la nación. Sobre el Demócrata, en ese momento en el poder, explica cómo ha incumplido todo cuanto prometió para escalar el mando. Y define a ambos en un solo concepto: “Destruir sí pueden; pero no construir”.
En aquellos momentos, Demócratas y Republicanos se disputaban el poder, lo alcanzaban, incumplían lo prometido, se turnaban el gobierno. Es por eso  una afirmación  de Martí: “Los partidos no se conservan en el gobierno si no tienen las manos limpias de interés, y la raíz en la verdad”.
Años después, en agosto de 1893, escribe que: el  Norte ha sido injusto y codicioso, que ha pensado más en asegurar a unos pocos la fortuna que en crear un pueblo para el bien de todos. Y que ha mudado a la tierra nueva americana los odios todos y todos los problemas de las antiguas monarquías.
Analiza que en el Norte no hay amparo ni raíz, que los problemas se agravan y no existen ni la caridad ni el patriotismo para resolverlos.  “Los hombres- dice- no aprenden aquí a amarse, ni aman el suelo donde nacen por casualidad, donde andan  sin respiro en la lucha  animal y atribulada por la existencia”.
Y en septiembre de 1894, afirma Martí: “Los pueblos de América  son más libres y prósperos a medida que más se apartan de los Estados Unidos”
Va directo a lo que separa a la naciente potencia del Norte y a los pueblos de  América. Dice que de nuestros pueblos se conoce menos de lo que urge saber aún por los mismos que escriben sobre las cosas públicas y celebran a los Estados Unidos con la misma pasión que ponen en denigrar a los pueblos de América, sin conocer sobre ambos más que una engañosa superficie.
Asegura que los pueblos de América “ascienden a la libertad segura y generosa en la misma proporción que Estados Unidos descienden de ella. El Norte se cierra y está lleno de odios. Del Norte hay que ir saliendo”..
Muchos otros ejemplos podrían citarse para lo cual, muchos otros artículos habría que escribir. Sobre todo porque los males actuales del gobierno norteamericano son más graves y de consecuencias más funestas no solo para el pueblo de ese país, sino para toda la humanidad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario