Con estas palabras estaba
José Martí desmintiendo una publicación del Diario
de la Marina, el 11 de octubre de 1894, sobre una supuesta instigación del Partido
Revolucionario Cubano a los cubanos para la guerra en el oriente del país. La
respuesta fue publicada en Patria, el 10 de noviembre de ese año.
El artículo de ese periódico
habla sobre un incidente en un pueblo de
Santiago de Cuba, bajo instrucciones enviadas desde Nueva York por José Martí,
buscando apoyo a un movimiento separatista. Se enfatiza que acciones como esas
son infructíferas y basadas en el engaño y sobre valoración de las fuerzas para
oponerse a España.
Era en realidad todo lo
contrario de lo orientado por Martí, quien alertaba sobre la necesidad de una
guerra bien preparada, sin precipitaciones y acciones aisladas, pues el inicio
debía producirse no cuando España lo quisiera, sino cuando existieran las
condiciones para el triunfo.
Nuestro Apóstol afirma la
total falsedad de que él haya dado instrucciones para el supuesto levantamiento
separatista. Reta al Diario de la Marina a
que muestre pruebas de sus afirmaciones, a que presente documentos, denuncie una conversación. Aclara que
la política del Partido Revolucionario Cubano no es intentonas en Cuba, sino la
guerra organizada para alcanzar luego la república.
Analiza cómo España, para obtener lo pactado en el
Zanjón, mintió a las provincias, diciendo a Las Villas que Oriente se había
rendido y diciendo a Oriente lo mismo sobre Las Villas. En su respuesta, Martí
no solo desmiente al Diario de la Marina,
sino que aprovecha para reafirmar la política del Partido Revolucionario
Cubano en cuanto a la guerra.
Afirma que el artículo
publicado por ese órgano obedece a la
Capitanía de España en Cuba. Y deja claro su concepto en relación con lo
publicado: por ese periódico: “el empeño de rebajar al enemigo empieza cuando
se ha cesado ya de desdeñarlo”.
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