Orlando Guevara Núñez
Cuando José Martí escribió
esta aseveración, lo hizo en una carta enviada al General Máximo Gómez. Y el
único referente de fecha que tiene es el año 1878.
Le pide al Generalísimo- con
el argumento de que está escribiendo un libro- información sobre los principales cargos que pueden hacerse a Carlos Manuel de
Céspedes, y las razones posibles para su defensa, porque su propósito es ése:
defenderlo.
Se interesa por una carta
que Ignacio Agramonte envió a Céspedes sobre “renuncia de mando y mantenimiento
de pensión” Y, en correspondencia con su
criterio de sacar a la luz las glorias, le expresa a Gómez que algún día ha de
escribir su historia.
Martí escribe esta carta
desde Guatemala. Y se presenta ante él: “De mí tal vez nadie le dé razón,
Rafael Mendive fue mi padre: de la
escuela fui a la cárcel y a un presidio, y a un destierro, y a otro. Aquí vivo,
muerto de vergüenza porque no peleo. Enfermo seriamente y fuertemente atado,
pienso, veo y escribo”. Le confiesa, en silencio, admirar a los que merecen y
envidiar a los que luchan.
También le dice al viejo
guerrero, reiterándole la petición, que tiene prisa de estudiar ese tema y de
publicar las hazañas escondidas de nuestros grandes hombres. “Seré cronista, ya
que no puedo ser soldado”, le afirma. Y le
solicita no extrañe ese lenguaje, pues “Cuando se sirve bien a la
patria, se tienen en todas partes muchos amigos viejos”.
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