sábado, 18 de abril de 2020

Hay que poner hospital de almas como se pone hospital de cuerpos





Orlando Guevara Núñez


 Hoy, cuando el mundo entero está inmerso en la batalla contra la pandemia de la Covid-19, y es frecuente el drama de enfermos que pierden la vida por ausencia o insuficiencia de los recursos necesarios en hospitales, o se maltrata a los necesitados de ayuda, ganan fuerza de presencia estas palabras del Héroe Nacional cubano, José Martí.
Textualmente, escribió a un amigo suyo: “No hay vueltas que darle. Hay que poner hospital de almas como se pone hospital de cuerpos. Y que se cure la enfermedad con la mayor ternura de este modo, no quiere decir que no se le ponga nombre a la enfermedad. Descubrirla y curarla”.
Fustiga Martí, en esa ocasión, al que “va rimando iras cuando los demás olvidan el odio y se deciden a amar”.
En otra parte de su misiva, el Apóstol de la independencia cubana exterioriza su hondo sentimiento humano: “Yo quiero consolar al triste, enseñarle al confuso lo que hay de verdadero en su doctrina, y no lo que hay de ira y soberbia, y mucho amor de sí;  yo quiero que el rico vea y entienda la amargura toda, y la amarga raíz de la vida del pobre, y en cuanto el pobre lo es por la por la injusticia natural, o lo es por la injusticia o la ignorancia humanas”.
Afirma que “Patria es eso, equidad, respeto a todas las opiniones y consuelo al triste”. Ofrece, además, altruistas consejos: “Vale, y vivirás; Sirve y vivirás; ama, y vivirás; despídete de ti mismo y vivirás. Cae bien y te levantarás. Si mueres, vales y sirves”.  Antes ha afirmado que el que muere, si muere donde debe, sirve.
Grandes lecciones martianas, dignas de conocerse hoy, cuando el amor y la solidaridad necesitan imponerse contra el odio y el egoísmo. Y que los hospitales de cuerpos sean también hospitales de almas.
En la citada carta, que aparece en el tomo 21 de la Obras Completas, dedicado a Cuadernos de Apuntes,  se sabe que el nombre del amigo destinatario es Jesús.

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