martes, 21 de abril de 2020

Fidel Castro: la verdad de la Revolución cubana




DISCURSO PRONUNCIADO POR EL COMANDANTE FIDEL CASTRO RUZ, PRIMER MINISTRO DEL GOBIERNO REVOLUCIONARIO, EN EL PARQUE CENTRAL DE NEW YORK, ESTADOS UNIDOS, EL 24 DE ABRIL DE 1959

.Orlando Guevara Núñez

En  fecha tan temprana de la Revolución, el Comandante en Jefe Fidel Castro realizó una visita a los Estados Unidos. Y en Nueva York se reunión con miles de personas, cubanas y de ese país. Pronunció un emotivo discurso, varias veces aplaudido.
Allí fue a explicar lo que era la Revolución cubana. Argumentó razones. Puso al desnudo las calumnias contra  nuestro proceso revolucionario. Hizo magistrales definiciones sobre los conceptos de libertad, de democracia,  de humanismo, de derechos humanos. Y dedicó buen tiempo a hablar sobre la situación de los hermanos pueblos de América, sus desventuras y sus esperanzas.
En  ese país habían encontrado  seguro refugio miles de asesinos, de torturadores, de políticos corruptos, de bestias uniformadas que habían  llenado de luto y dolor a miles de familias cubanas. Y con toda valentía, allí Fidel argumentó la aplicación de la justicia revolucionaria, interpretando los sentimientos del pueblo.
                                                             Párrafos de aquel discurso

“No vine aquí a mentir, no vine aquí a ocultar nada (APLAUSOS), porque nuestra Revolución no tiene nada que ocultar (APLAUSOS).  No vine aquí a pedir nada (APLAUSOS), porque nuestra Revolución no tiene nada que pedir (APLAUSOS), como no sea amistad y comprensión; vine simplemente a hacer lo que hemos hecho en nuestra patria, hablarle al pueblo, decirle la verdad, exponer nuestro pensamiento; vine a demostrar una vez más nuestra inmensa fe en los pueblos”
“Tengo fe absoluta en el futuro de este continente.  Tengo fe y puedo afirmar aquí que tengo la seguridad de que el futuro de América será un futuro muy distinto de lo que ha sido hasta hoy (APLAUSOS).  (…) Hagamos lo que hicimos en Cuba: conquistar pueblo.  Fue posible nuestra victoria, porque unimos a todos los cubanos de todas las clases y sectores en una sola aspiración.  Unamos a todos los pueblos en una sola aspiración.  Unamos a todos los pueblos de América Latina en una gran aspiración.  Unir, no dividir.  Y unamos a todos los pueblos del continente en una gran aspiración continental (APLAUSOS).  Esta es la doctrina de nuestra Revolución”.
“Nuestra Revolución es una revolución de mayorías.  Nuestra Revolución es una revolución de opinión pública. (…)  “Nuestra Revolución  practica el principio democrático, pero una democracia humanista.  Humanismo quiere decir que, para satisfacer las necesidades materiales del hombre no hay que sacrificar los anhelos más caros del hombre, que son sus libertades (APLAUSOS).  Y que las libertades  más esenciales del hombre nada significan si no son satisfechas también las necesidades materiales del hombre”. “Humanismo significa justicia social con libertades y derechos humanos.  Humanismo significa lo que por democracia se entienda, pero no democracia teórica, sino democracia real, derechos humanos con satisfacción de las necesidades del hombre.  Porque sobre el hambre y sobre la miseria se podrá erigir una oligarquía, pero jamás una verdadera democracia (APLAUSOS)”
 “Sobre el hambre y la miseria se podrá erigir una tiranía, pero jamás una verdadera democracia.  Somos demócratas en todo el sentido de la palabra, pero demócratas verdaderos, demócratas que propugnan el derecho del hombre al trabajo (APLAUSOS), demócratas que postulamos el derecho del hombre al pan (APLAUSOS), demócratas sinceros, porque la democracia que habla solo de derechos teóricos y se olvida de las necesidades del hombre, no es una democracia sincera, no es una democracia verdadera.  Ni pan sin libertad, ni libertades sin pan (APLAUSOS).  Ni dictaduras de hombres.  Ni dictaduras de clases.  Ni dictaduras de grupos.  Ni dictaduras de castas.  Ni dictaduras de clases.  Ni oligarquías de clases.  Gobierno de pueblo sin dictadura y sin oligarquía.  Libertad con pan, pan sin terror (APLAUSOS), ese es el humanismo”.
“Quiero recordar aquí a todos los caídos por la libertad, a todos los mártires de Cuba y a todos los mártires de nuestro continente.  Si se nos pregunta por qué está nuestro pueblo y por qué están de acuerdo los pueblos con nuestra justicia, es porque el anhelo de justicia es un viejo anhelo de todos los latinoamericanos, porque desde el primer indio que asesinaron los colonizadores de América Latina, hasta el último joven asesinado por cualquiera de los dictadores que aún quedan en América, nunca había habido justicia, todos los crímenes habían sido impunes, cientos de miles de hombres han muerto asesinados o han muerto desterrados, o han muerto en las prisiones.  Cientos de miles de hombres latinoamericanos, tal vez millones, han muerto en manos de los esbirros que han oprimido a los pueblos de América (APLAUSOS).  Jamás en la historia de toda la América hubo justicia, por primera vez en la historia de toda la América un pueblo ha castigado a sus verdugos (APLAUSOS).  Cuatro siglos los verdugos se ensañaron con los pueblos, cuatro siglos los verdugos ultrajaron y ensangrentaron impunemente a los pueblos de América y en tres meses un pueblo por primera vez en cuatro siglos ha castigado el crimen, ha castigado la tortura, ha castigado la crueldad (APLAUSOS), ha castigado el sadismo”.
“Y cuando se nos pregunte por la justicia revolucionaria, respondamos:  es la voluntad de los pueblos (APLAUSOS), cuando se nos pregunte por la justicia revolucionaria, digamos:  somos demócratas, cumplimos con la voluntad de los pueblos (APLAUSOS), cuando se nos pregunte por la justicia revolucionaria, digamos que es el sentimiento de los pueblos, que no vieron nunca la justicia en cuatro siglos; cuando se nos pregunte, respondamos:  es realmente increíble que a un pueblo le haya costado más trabajo, más ataques y más campañas castigar a sus verdugos, que el trabajo que les costó a los verdugos durante cuatro siglos ensangrentar a los pueblos (APLAUSOS)”.
“Castigamos porque todavía hay pueblos de América Latina bajo la tiranía, porque todavía hay pueblos de América Latina bajo el terror de los verdugos, porque todavía hay pueblos de América Latina donde el ciudadano es ultrajado, es encarcelado, es torturado y es asesinado”.
“Háblese de eso, hablemos de los crímenes que todavía se cometen en América, defendamos a los pueblos que todavía sufren el terror de los verdugos, hablemos en defensa de los pueblos oprimidos y no en defensa de los criminales que han recibido su justo castigo (APLAUSOS)”
“No estamos haciendo sino cumplir con lo que al pueblo le ofrecimos, le ofrecimos justicia y en nombre de la justicia le pedimos que no hubieran desórdenes y no hubo desórdenes; le pedimos que no hubiesen hombres arrastrados por las calles y no hubo hombres arrastrados por las calles (APLAUSOS); le pedimos que no hubiera venganza y no hubo venganza, le pedimos que no hubiera asaltos ni destrucción, y no hubo asaltos ni destrucción.  Ninguna revolución del mundo se hizo con tan alto espíritu humanista, ninguna revolución del mundo se hizo con tanta disciplina y con tanto orden (APLAUSOS).  Le ofrecimos al pueblo justicia y se ha cumplido la promesa, se ha cumplido con el pueblo”.
Han transcurrido  61 años de aquel discurso de Fidel en Nueva York, Estados Unidos. Y la verdad de la Revolución cubana se sigue imponiendo sobre la mentira, pese a las más burdas campañas del imperialismo norteamericano y sus cómplices. La razón de esta verdad, la explicó Fidel ese mismo día: PORQUE ESTA ES UNA REVOLUCION  DE PUEBLO.

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