viernes, 10 de enero de 2020

Celia: a la flor le siguen naciendo pétalos




.Orlando Guevara Núñez


Celia Esther de los Desamparados Sánchez Manduley. Este 11 de enero se cumplen 40 años de su desaparición física. Pero ella está entre la legión de héroes que serán siempre recordados –más que por su muerte- por la obra de su vida.
Había nacido en Media Luna, entonces provincia de Oriente, el 9 de mayo de 1920, es decir, casi un siglo atrás. Y desde muy joven comenzó a hacer honor a su nombre: ardiente defensora de los desamparados. Sigue  las ideas de su padre, médico integrado a la lucha desde las filas de la ortodoxia. Sus inquietudes revolucionarias encontraron un cauce definitivo en los hechos del asalto a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes, con Fidel al frente.
Se integra al Movimiento Revolucionario 26 de Julio pocos días después de creada esta organización, en 1955. Y  asume desde entonces responsabilidades que la destacan como organizadora  de la lucha que Fidel se proponía reiniciar por la zona oriental cubana. En los días iniciales de enero de 1956, Frank País, junto a otros dirigentes clandestinos, sostiene un encuentro con Celia en Pilón, donde ella reside. Y allí se concretan más y crecen  sus responsabilidades revolucionarias.
La organización de células del 26 de Julio, la preparación política y militar de sus integrantes, el estudio de la posible zona para la futura expedición, el acopio de recursos que serían destinados a los expedicionarios. Un amplio trabajo logístico que incluye transporte, combustible y reclutamiento de campesinos conocedores de la zona, además de posibles acciones militares sobre los cuarteles de la tiranía en la zona costera de Pilón, Niquero y Media Luna.

Esta obra de Celia, por su iniciativa y la dirección de Frank, tiene la virtud de haber salvado la Revolución. Hombres como Guillermo García Frías, Crecencio Pérez Montano y otros muchos campesinos  agrupados por ella, fueron protagonistas de la patriótica hazaña. Ellos salvaron a muchos expedicionarios,  propiciaron el reencuentro de varios y su aporte fue decisivo para la reorganización de la lucha en la Sierra Maestra.
Es conocido que Celia se propuso viajar a México para regresar en la expedición. Pero el Movimiento 26 de Julio consideró que era más útil su presencia en la futura zona de operaciones.  Para ella, los días que siguieron al desembarco fueron de agonía. Es el 19 de ese mes de diciembre cuando conoce que Fidel vive y está a salvo.
Comenzaba otra etapa de su labor revolucionaria. Su labor de suministro a la guerrilla fue muy importante. Y también  el envió de nuevos combatientes a la Sierra Maestra. El 16 de enero de 1957, Celia, en la Sierra Maestra, conoce personalmente a Fidel. Luego, tiene un importante rol en la subida a las montañas del refuerzo de más de medio centenar de combatientes enviados por Frank País. Hasta que en abril se incorpora a la guerrilla, a la cual acompañaría hasta el triunfo de la Revolución, no sin antes cumplir otra importante misión en el llano. Fue la primera mujer  guerrillera.
Su obra y su historia luego del triunfo revolucionario fueron  paradigma de cubanía, de modestia, de humanismo y fidelidad.
Tres afirmaciones sobre Celia valen para ser recordadas en este aniversario 40 de su desaparición física. La primera, estando ella en la guerrilla, de su progenitor: Antes ella era conocida como la hija del doctor Sánchez; ahora yo he pasado a ser el padre de Celia Sánchez; la segunda, de Fidel en carta a Frank País, el 21 de julio de 1957: Cuando se escriba la historia de esta etapa revolucionaria, en la portada tendrán que aparecer dos nombres: David y Norma. (Nombres de guerra de Frank y Celia). La tercera, una calificación de Armando Hart que la retrata en toda su dimensión: La flor más autóctona de la Revolución.  Ahora, en la patria que ella soñó y forjó, a  esa flor le siguen naciendo pétalos.

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