.Orlando Guevara Núñez
Celia Esther de los
Desamparados Sánchez Manduley. Este 11 de enero se cumplen 40 años de su
desaparición física. Pero ella está entre la legión de héroes que serán siempre
recordados –más que por su muerte- por la obra de su vida.
Había nacido en Media Luna,
entonces provincia de Oriente, el 9 de mayo de 1920, es decir, casi un siglo
atrás. Y desde muy joven comenzó a hacer honor a su nombre: ardiente defensora
de los desamparados. Sigue las ideas de su padre, médico integrado a la
lucha desde las filas de la ortodoxia. Sus inquietudes revolucionarias
encontraron un cauce definitivo en los hechos del asalto a los cuarteles
Moncada y Carlos Manuel de Céspedes, con Fidel al frente.
Se integra al Movimiento
Revolucionario 26 de Julio pocos días después de creada esta organización, en
1955. Y asume desde entonces responsabilidades que la destacan como
organizadora de la lucha que Fidel se proponía reiniciar por la zona oriental
cubana. En los días iniciales de enero de 1956, Frank País, junto a otros
dirigentes clandestinos, sostiene un encuentro con Celia en Pilón, donde ella
reside. Y allí se concretan más y crecen sus responsabilidades
revolucionarias.
La organización de células
del 26 de Julio, la preparación política y militar de sus integrantes, el
estudio de la posible zona para la futura expedición, el acopio de recursos que
serían destinados a los expedicionarios. Un amplio trabajo logístico que
incluye transporte, combustible y reclutamiento de campesinos conocedores de la
zona, además de posibles acciones militares sobre los cuarteles de la tiranía
en la zona costera de Pilón, Niquero y Media Luna.
Esta obra de Celia, por su
iniciativa y la dirección de Frank, tiene la virtud de haber salvado la
Revolución. Hombres como Guillermo García Frías, Crecencio Pérez Montano y
otros muchos campesinos agrupados por ella, fueron protagonistas de la
patriótica hazaña. Ellos salvaron a muchos expedicionarios, propiciaron
el reencuentro de varios y su aporte fue decisivo para la reorganización de la
lucha en la Sierra Maestra.
Es conocido que Celia se
propuso viajar a México para regresar en la expedición. Pero el Movimiento 26
de Julio consideró que era más útil su presencia en la futura zona de
operaciones. Para ella, los días que siguieron al desembarco fueron de
agonía. Es el 19 de ese mes de diciembre cuando conoce que Fidel vive y está a
salvo.
Comenzaba otra etapa de su
labor revolucionaria. Su labor de suministro a la guerrilla fue muy importante.
Y también el envió de nuevos combatientes a la Sierra Maestra. El 16 de
enero de 1957, Celia, en la Sierra Maestra, conoce personalmente a Fidel.
Luego, tiene un importante rol en la subida a las montañas del refuerzo de más
de medio centenar de combatientes enviados por Frank País. Hasta que en abril
se incorpora a la guerrilla, a la cual acompañaría hasta el triunfo de la
Revolución, no sin antes cumplir otra importante misión en el llano. Fue la
primera mujer guerrillera.
Su
obra y su historia luego del triunfo revolucionario fueron paradigma de
cubanía, de modestia, de humanismo y fidelidad.
Tres
afirmaciones sobre Celia valen para ser recordadas en este aniversario 40 de su
desaparición física. La primera, estando ella en la guerrilla, de su
progenitor: Antes ella era conocida como la hija del doctor Sánchez; ahora
yo he pasado a ser el padre de Celia Sánchez; la segunda, de Fidel
en carta a Frank País, el 21 de julio de 1957: Cuando se
escriba la historia de esta etapa revolucionaria, en la portada tendrán que
aparecer dos nombres: David y Norma. (Nombres de guerra de Frank y Celia).
La tercera, una calificación de Armando Hart que la retrata en toda su
dimensión: La flor más autóctona de la Revolución. Ahora, en la
patria que ella soñó y forjó, a esa flor le siguen naciendo pétalos.
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