.Orlando
Guevara Núñez
El 12 de diciembre de 1958, en pleno desarrollo de la
guerra revolucionaria contra la dictadura batistiana, el Comandante en Jefe
Fidel Castro hizo alusión a una emotiva carta enviada por él a un amigo venezolano, el Contralmirante Wolfang
Larrazábal.
Así lo explica Fidel, en su libro De la Sierra Maestra a Santiago
de Cuba, La contraofensiva estratégica.
Recuerdo que el 8 de diciembre aterrizó en Cienaguilla,
al oeste del firme de la Maestra, un avión procedente de tierra venezolana con
un alijo de armas que enviaba a nuestro Ejército Rebelde la Junta Patriótico
Militar que había derrocado el 23 de enero de ese año al dictador Marcos
Pérez Jiménez en Venezuela.
En esa ocasión recibí un fusil FAL. Ya estaba persuadido
de la importancia, para las batallas finales de la guerra, de emplear armas
automáticas, por su elevado volumen de fuego.
Para expresar el
agradecimiento infinito de Cuba a Wolfang Larrazábal, protagonista del gesto solidario,
le escribí una carta.
A continuación la misiva del jefe de la Revolución cubana
Sierra Maestra
Dic., 12-58
Contralmirante
Wolfand (Wolfang)
Larrazábal
Admirado amigo:
¿Qué puedo decirle después de su noble y espontáneo
gesto?
Hay que llevar dos años luchando contra todos los
obstáculos, las armas confiscadas antes de llegar a Cuba, los frutos de los
sacrificios económicos de tantos compañeros perdidos la mayor parte por la persecución de los
gobiernos, para comprender con cuánta emoción y gratitud recibimos la ayuda que
usted nos envía en nombre de Venezuela.
Hemos visto convertido en realidad lo que durante mucho
tiempo fue como un sueño. Temo que usted no llegue a imaginarse cuánto se lo
agradecemos.
A la satisfacción que ha de producirle el beneficio que
de mano suya recibe este pueblo que tanto quiere al suyo y lo admira a usted,
puede añadir la seguridad de que muchos cubanos buenos, combatientes de una
causa justa, dispuestos a hacer por Venezuela lo que hacen hoy por Cuba, le
deberán la vida, porque lo que se recibe en armas se ahorra en sangre, y esto,
yo que he visto caer a tantos compañeros entrañables, siempre los mejores, se
lo agradeceré eternamente. Desde hoy le digo que cualquiera que sea la posición
que usted ocupe en su país, la más alta o la más modesta, para nosotros será
siempre el primero de los venezolanos.
Fraternalmente,
Fidel Castro Ruz
Buscando información sobre el destinatario de esta carta
de Fidel, encontré que este militar y político
fue nombrado Presidente de la Junta de Gobierno que el 23 de enero de
1958 derrocó a la dictadura venezolana, cargo en el cual permaneció hasta el 14
de noviembre de ese año.
Fue candidato presidencial en 1958 y 1963, sin ser
electo. Fue parlamentario en varias
ocasiones. Había nacido el 5 de marzo de 1911, en Carúpano, Venezuela, y
falleció el 27 de febrero de 2003 en la capital venezolana.
El agradecimiento de Fidel fue más allá de esa carta.
Así, el 23 de enero de 1959, durante un discurso en Venezuela, diría:
“Repito que los cubanos estaremos al lado de los venezolanos
y sabemos que los venezolanos sabrán cumplir con su deber. Ya tienen un
gobierno constitucional producto de las elecciones libres y de la voluntad del
pueblo Tienen líderes militares, pero de
militares que saben poner por delante, como verdaderos militares, el
sentimiento de su pueblo y de su patria, como Wolfang Larrazábal”.
Con su visión de futuro, aseguraría esa vez Fidel ante
una imponente concentración de pueblo que lo recibió en la patria venezolana:
“Venezuela es el país más rico de América, Venezuela
tiene un pueblo formidable, Venezuela tiene dirigentes formidables, tanto
civiles como militares; Venezuela es la patria de El Libertador, donde se
concibió la idea de la unión de los pueblos de América. Luego, Venezuela debe
ser el país líder de la unión de los pueblos de América; los cubanos los
respaldamos, los cubanos respaldamos a nuestros hermanos de Venezuela (APLAUSOS
Y EXCLAMACIONES DE: "¡Fidel, Fidel!").
“Venezuela unida, Venezuela cada vez más madura,
Venezuela cada vez más alerta y Venezuela contando con Cuba, Venezuela con su
pueblo, Venezuela con su riqueza, Venezuela con sus montañas, Venezuela tiene
asegurado un formidable y brillante porvenir en América. Venezuela tiene
asegurada su libertad”
Así, aquel 12 de diciembre de 1958, fue un preludio de
los lazos de amistad y hermandad que unirían para siempre la lucha de los
pueblos venezolano y cubano por su libertad e independencia.
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