Orlando Guevara Núñez
Esta afirmación sobre la conciencia revolucionaria del pueblo de Cuba, la pronunció el Comandante en Jefe, Fidel, el 27 de junio de 1963. Y la historia sigue corroborando esa verdad.
Recordamos los días dolorosos del ciclón Flora, en medio de las enfurecidas agua del Cauto y sus afluentes. Hombres, principalmente jóvenes, que no eran familiares, ni siquiera conocidos, de las personas en peligro, se jugaron la vida por salvarlas, se disputaron los lugares de mayor riesgo.
Lo hemos sentido en todos los momentos de peligro y desastres naturales. Siempre la disposición de exponer la vida propia para salvar a otros; todos compartiendo el dolor de cada cubano. Y ha sido así también en relación con muchos pueblos hermanos.
Lo hemos sentido en las trincheras de combate, ante las agresiones y sabotajes norteamericanas, ante los efectos del bloqueo. Y más reciente ante momentos trágicos que han constado muchas vidas a decenas de cubanos.
Cuando Fidel se refirió a ese tipo de hombre, no se estaba refiriendo a una filiación al Partido de los comunistas cubanos. Se refería a los hombres y mujeres de un pueblo donde la solidaridad humana, la hermandad y la entrega, están presentes en millones de personas.
Nuestro Héroe Nacional, José Martí, afirmó que No estriba el amor patrio en afianzar la libertad: estriba en labrar un pueblo en que la libertad se afiance. Haber labrado ese pueblo es la principal obra de nuestro Fidel. Un pueblo sobre cuya tierra siguen brotando, cultivados y silvestres, los hombres y mujeres comunistas.
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