Orlando Guevara Núñez
La forma irreverente en que se recuerda en Estados Unidos a Washington motivan estas palabras de Martí, expresadas en un artículo publicado por el periódico La Opinión Nacional, de Venezuela, el 22 de marzo de 1882. Había sido escrito 18 días antes, en Nueva York.
Se duele nuestro Apóstol de que el 22 de febrero de ese año, al cumplirse el aniversario 150 del natalicio del prócer, ante su estatua se pusieron “raquíticas guirnaldas y menguadas coronas” llevadas por soldados piadosos, cuando debieron ir los padres con los hijos, y doncellas con flores frescas y banderas al aire y con las manos llenas de besos las niñas de la ciudad.
Reseña cómo ese día se cierran tribunales, escuelas y otros servicios y es día de fiesta, hay discursos, banquetes, cuando, en esa fecha, debiera venir toda la ciudad a rendir homenaje al héroe.
“Es aquí ese aniversario día de suerte y paseo, mas no de reverencia”, afirma, puntualizando que otras voces, en círculos estrechos sí rinden merecido homenaje a aquel que “no odió ni ambicionó, ni engañó, ni quiso ser más que caballero de la virtud, conquistador de la libertad, y soldado cristiano”
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