Fragmentos
Lo que importa no son los claros en las filas; lo que importa es la presencia de ánimo de los que permanecen en pie. Y no una, sino muchas veces, vimos claros en nuestras filas, en las filas de nuestro ejército; vimos claros dolorosos, como hoy vemos claros en las filas del pueblo, pero lo que importa sobre todo es la entereza del pueblo que se mantiene en pie.
Y así, al despedir a los caídos de hoy, a esos soldados y a esos obreros, no tengo otra idea, para decirles adiós, sino la idea que simboliza esta lucha y simboliza lo que es hoy nuestro pueblo: ¡Descansen juntos en paz! Juntos obreros y soldados, juntos en sus tumbas, como juntos lucharon, como juntos murieron y como juntos estamos dispuestos a morir.
Y al despedirlos, en el umbral del cementerio, una promesa, que más que promesa de hoy es promesa de ayer y de siempre: ¡Cuba no se acobardará, Cuba no retrocederá; la Revolución no se detendrá, la Revolución no retrocederá, la Revolución seguirá adelante victoriosamente, la Revolución continuará inquebrantable su marcha!
Y esa es nuestra promesa no a los que han muerto, porque morir por la patria es vivir, sino a los compañeros que llevaremos siempre en el recuerdo como algo nuestro; y no en el recuerdo en el corazón de un hombre, o de hombres, sino en el recuerdo único que no puede borrarse nunca: el recuerdo en el corazón de un pueblo.
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