.Orlando Guevara Núñez
Cuesta trabajo decirlo y mucho más admitirlo. Ayer sepultamos en el Santa Ifigenia a Ángel Vázquez Ferral. De sus 80 años vividos, más 50 los dedicó al trabajo en el Comité Provincial del Partido, primero en Oriente y luego en Santiago de Cuba, con la responsabilidad de organizar los actos y exposiciones. Su consagración al trabajo, se impuso a los límites de la jubilación.
No olvidó nunca su procedencia humilde de Purial de Vicana. Puede decirse que esa raíz se afianzó en la ciudad. Fue siempre un campesino revolucionario y un revolucionario campesino. Se autodefinía como El Guajiro de Vicana. Fue forjador de una historia que otros se encargarán de escribir. Poeta que le cantó a la patria, al amor y a nuestros héroes. Su mejor poema su propia vida.
Su desempeño en el Partido le otorgó el honor de estar muchas veces junto a los máximos dirigentes de la Revolución. Y ese honor no fue permeado nunca por la vanidad ni la indiscreción. Cada uno de esos encuentros, fortaleció su fidelidad sin límites al Partido y a la Revolución.
Combatiente de la Revolución cubana. Siempre en la vanguardia en la defensa de los principios revolucionarios. Incansable estudioso de la historia patria. Para quienes pudimos compartir con él varios años de trabajo, y para quienes lo conocieron y fueron sus amigos, no vale ofrecer el pésame a sus familiares, porque el dolor es, sencillamente, compartido. Nos queda su recuerdo. Su ejemplo de trabajador y comunista. Fue de los hombres cuya muerte no equivale a la admisión de un final, sino a una convocatoria a la continuidad.
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