.Orlando Guevara Núñez
No hay página de La Edad de Oro, revista escrita por José Martí para los niños de América, que no encierre una enseñanza. Y en uno de esos escritos, titulado Historia de la cuchara y el tenedor, está plasmada ésta, con valor para todas las edades.
“Porque la verdad es que da vergüenza ver algo y no entenderlo”, escribe. Les dice a los pequeños que la vida no es difícil de entender y que cuando uno sabe para lo que sirve todo lo que da la tierra y lo que han hecho los hombres en el mundo, se sienten deseos de hacer más que ellos, y eso es vida.
Por el contrario, juzga que “los que se están con los brazos cruzados, sin pensar y sin trabajar, viviendo de lo que otros trabajan, ésos comen y beben como los demás hombres, pero en la verdad de la verdad, ésos no están vivos”.
Con una sensibilidad muy grande, explica Martí la diferencia entre la mujer y el hombre en el proceso de fabricación de la cuchara y del tenedor. Ellas, en tareas menos duras; ellos, en las más fuertes.
“Nosotros, los hombres, somos como el león del mundo y como el caballo de pelear, que no está contento, ni se pone hermoso, sino cuando huele batalla, y oye ruido de sables y cañones” “La mujer no es como nosotros, sino como una flor, y hay que tratarla así, con mucho cuidado y cariño, porque si la tratan mal, se muere pronto, lo mismo que las flores”.
¡Magnífica lección para la educación, desde la niñez!
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