.Orlando Guevara Núñez
En su transitar por la vida, los reptiles están condenados a arrastrarse por la tierra, sin el privilegio de ver otra cosa que no sea la que tienen delante. Y acechar a una presa para inocularle su veneno y alimentarse de ella. Las palomas, por el contrario, se elevan a las alturas, se extasían con el paisaje, observan la tierra, el agua, las nubes, el cielo.
No en vano, las serpientes son símbolos del veneno, de la muerte, de la traición; las palomas son el símbolo de la paz.
En esa realidad puede pensarse al repasar los recientes acontecimientos relacionados con la criminal guerra económica que comenzó contra Cuba hace ya 60 años, todavía existe y se recrudece. En 70 ciudades de 58 países de los cinco continentes, cubanos residentes en ellas, en muchos casos junto a ciudadanos de esos países, recorrieron calles y avenidas, exigiendo el cese de esa criminal y genocida política del gobierno de los Estados Unidos contra el pueblo cubano.
Así, mientras que un grupo de reptiles, pagados por el imperio yanqui, se arrastran tratando de envenenar y matar a nuestro pueblo, miles de palomas alzan su vuelo solidario, proclaman ante el mundo su reclamo de que el bloqueo llegue a su fin, y defienden nuestro derecho a la vida y a la plena independencia.
Es parte de una larga lucha. que sabemos seguirá siendo cruenta. Las serpientes no cejarán en su empeño. Pero tenemos la convicción de que las palomas triunfarán sobre las serpientes, el amor sobre el veneno, la hermandad sobre el asedio y la paz sobre la guerra. Gracias, por esas manifestaciones en defensa de Cuba. Gracias a esos verdaderos cubanos. Gracias a los amigos. Para todos ellos un abrazo fraterno. Y un compromiso: seguiremos resistiendo. Y seguiremos venciendo.
Los
reptiles, tendrán una muerte oscura en sus madrigueras. Las palomas continuarán
reinando en las alturas. Siempre será más hermoso volar que arrastrarse.
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