. Orlando Guevara Núñez
Cualquier norteamericano honrado, sin tener en cuenta ideología política, religiosa de cualquier otra – si es honrado, repito- estaría repleto de razones para sentir vergüenza por el presidente que lo dirige. Un presidente mentiroso, charlatán, racista, asesino, que se cree dueño y señor del mundo, y que con su prepotencia es el mayor peligro para la tan cacareada “seguridad nacional” de ese país.
Un presidente que ha demostrado despreciar a su propio pueblo y es responsable de que la actual epidemia- Covid-19- haya causado la muerte de más de 200 000 norteamericanos, y aún así tiene el descaro de proclamar eso como un logro.
Un presidente que aplica políticas genocidas, como en el caso de Cuba y Venezuela, que se jacta de su “triunfo” al haber ordenado el asesinato de un alto oficial iraní. Que sanciona a ese país, que le hace una desequilibrada guerra económica a China, ya que no se atreve a aplicar en este caso la vía militar. Que apoya a regímenes genocidas como los de Israel y Brasil. Y, además, un connotado ladrón, al estar comprobado su burla al fisco en varios millones de dólares
Se necesita ser estúpido para convertirse en el hazmerreir de cualquier persona honesta, al recibir una condecoración de la Brigada 2506, derrotada por el pueblo cubano en Playa Girón, en menos de 72 horas; o recibir, con aires de triunfo, a otro estiércol como él, para sumar el show anticubano a sus aspiraciones de ser reelecto como presidente.
Digno de lástima un pueblo cuyo destino está siendo regido por un individuo en cuya personalidad no existe el menor rasgo de ética, de seriedad, de honestidad, de humanidad, ni de aprecio a quienes lo eligieron para el cargo que con tanta ineficacia desempeña.
En cuanto a Cuba, su anunciado “gran triunfo” será otro de sus grandes fracasos. Porque en esta guerra sucia contra nuestro país, Estados Unidos seguirá poniendo la agresión, las mentiras y la derrota. Y los cubanos seguiremos poniendo la defensa, la verdad y la victoria.
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