.Orlando
Guevara Núñez
“Almeida
cumplió, con su proverbial lealtad, eficacia y espíritu de sacrificio, la
misión de crear el Tercer Frente y posteriormente cerrar el cerco a Santiago de
Cuba”. Así
definió el General de Ejército, Raúl Castro, la trascendencia de esta
fuerza guerrillera, fundada el 6 de marzo de 1958, en Puerto Arturo, Sierra
Maestra, como parte de la estrategia del Comandante en Jefe, Fidel Castro, para
extender la guerra revolucionaria hacia otros territorios.
La
misión asignada a Juan Almeida Bosque, que el 27 de febrero había sido
ascendido, junto a Raúl, al grado de Comandante del Ejército Rebelde, fue bien
concreta: Lograr que el pueblo conociera la presencia del Ejército Rebelde en
las
proximidades de la capital oriental, cercar a Santiago de Cuba y otras ciudades
cercanas, y no permitir la salida de armas y refuerzos de la tiranía hacia
lugares atacados por las fuerzas rebeldes.
La
nueva zona rebelde abarcaba unos 6 000 kilómetros cuadrados, desde las
cercanías de Bayamo hasta las de Santiago de Cuba.
Solo
57 combatientes –entre ellos dos mujeres - Oniria Gutiérrez Montero y
María Mercedes Sánchez Dotres - ambas miembros de la Comandancia- integraron
esta fuerza rebelde en el momento de su fundación. Junto a Almeida, como jefe
del Pelotón de Vanguardia, estaba el capitán Calixto García Martínez, asaltante
al Cuartel Carlos Manuel de Céspedes y expedicionario del Granma. Y
frente al Pelotón de Retaguardia venía el capitán Guillermo García Frías,
primer campesino incorporado al Ejército Rebelde, quien era, además, el segundo
jefe de la Columna. Integraron también la Comandancia, Andrés García Díaz,
Israel Pardo Guerra, Eduardo Lavaut Estrada, Antonio Santana Rodríguez y
Ernesto Cutiño Ramírez.
El
Tercer Frente Oriental Dr, Mario Muñoz Monroy, nació combatiendo. La
primera acción consistió en un ataque a la refinería TEXACO, cercana a la
capital oriental, para distraer a las fuerzas enemigas y proteger el paso de
Raúl y su Columna por la Carretera Central hacia su zona de operaciones
Durante
la noche del 10 y la madrugada del 11 de abril, una audaz acción tuvo lugar a
unos 20 kilómetros de Santiago de Cuba. El poblado de El Cobre fue atacado y
ocupado por las fuerzas rebeldes. Era la primera vez que una cabecera de
municipio se tomaba por el ejército guerrillero, el cual, además, rechazó el
refuerzo enviado por la tiranía e hizo explotar el polvorín de ese
poblado, detonación sentida con fuerza en Santiago de Cuba y que llenó de
pánico a las tropas batistianas. La tiranía no pudo ocultar ese acontecimiento.
Las acciones combativas se multiplicaron con rapidez. Ataques a cuarteles,
emboscadas y escaramuzas a patrullas y puestos militares, además de numerosos
sabotajes. El Frente crecía, se nutría de nuevos integrantes y se
establecían contactos más directos y efectivos con los combatientes
clandestinos de la ciudad. Día por día el Tercer Frente ensanchaba su dominio,
mientras que era mayor la desmoralización del enemigo. Las fuerzas de la
dictadura sufrían constantes bajas, perdían armas y otros medios. Poco a poco
se iba materializando el objetivo de cercar a Santiago de Cuba.
En
mayo de 1958, por solicitud de Fidel, las principales fuerzas de Almeida
retornan al Primer Frente para combatir contra la ofensiva del ejército
batistiano que intentaba cercar y eliminar a los guerrilleros dirigidos
personalmente por el máximo jefe rebelde. Derrotadas las fuerzas enemigas,
Almeida regresa a su zona de operaciones y establece, en agosto, su Comandancia
en La Lata. Se centra de nuevo la atención en el objetivo inicial de
cercar a la ciudad de Santiago de Cuba.
Se
multiplican las acciones combativas victoriosas a lo largo de la Carretera
Central, entre Bayamo y Santiago de Cuba. Una nueva Columna, bajo la jefatura
del ya Comandante Guillermo García Frías, se crea el 18 de agosto de 1958 y
recibe la misión de operar entre Palma Soriano y Contramaestre, y logra
hostigar e inmovilizar al enemigo.
También
surgen las Columnas 10, al mando de René de los Santos; la 9, a cargo del luego
traidor Hubert Matos, así como también las capitanías bajo la jefatura de
los capitanes Calixto García y Universo Sánchez, en Matías y Filantropía,
respectivamente.
A
mediados de noviembre de 1958, Fidel se traslada hacia la zona de
operaciones del Tercer Frente Oriental y dirige la Batalla de Guisa. En esos
días, con Almeida planea el asalto a las principales plazas
militares de Oriente, dando inicio, así, a la Operación Santiago, que debía
concluir con la toma de la ciudad.
Una
a una fueron cayendo en manos rebeldes las posiciones enemigas. Las fuerzas al
mando de Fidel, Raúl y Almeida, tomaban y rendían cuarteles, liberaban poblados
e incrementaban con celeridad el territorio libre de Cuba. En Palma Soriano
combatieron juntos, por primera vez, los tres Frentes guerrilleros. Y juntos se
prepararon para la batalla final, la toma por asalto de la ciudad de
Santiago de Cuba, acción que no fue necesaria ante la huida del tirano Batista,
el desplome total de la tiranía y el triunfo del Primero de Enero de 1959.
Para
esa fecha, la misión de la tropa de Almeida estaba cumplida.
A
las glorias militares del Tercer Frente Oriental, hay que unir las alcanzadas
en el campo social, relacionadas con la educación, la salud, los viales, el
transporte, las comunicaciones y la justicia revolucionaria, preludio en la
guerra de las grandes transformaciones que seguirían a la victoria.
Ahora,
a 62 años de creado el Tercer Frente Dr. Mario Muñoz Monroy
nuestro
pueblo dedica su recuerdo agradecido a los hombres y mujeres que lo
fundaron, a los que se incorporaron después, a los que con sacrificio y
heroísmo lo condujeron a la victoria.
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