.Orlando Guevara Núñez
“Se
comunica por este medio que ha sido ascendido al grado de Comandante el capitán
Raúl Castro Ruz y se le nombra jefe de la Columna 6 que operará en el territorio montañoso
situado al norte de la provincia de Oriente, desde el término municipal de
Mayarí al de Baracoa, quedando bajo su
mando las patrullas rebeldes que operan en
dicha zona”. La orden, firmada por el Comandante en Jefe
Fidel Castro, materializaba su idea de crear un nuevo frente guerrillero en
esa extensa región oriental.
Para
cumplir esta misión, el 1ro. de marzo de 1958, parten desde Pata de la Mesa, en la Sierra Maestra, 67
hombres encabezados por Raúl, quienes vencerían tres largas y riesgosas marchas
para llegar a su nueva zona de operaciones. Diez días después -11 de
marzo- la pequeña tropa rebelde llegaba
a Piloto del Medio, donde quedaba cumplido su primer objetivo: la apertura del
Segundo Frente Oriental Frank País.
La zona de operaciones
En
la región montañosa escogida para las operaciones de esta fuerza rebelde, están
asentadas la Sierra
Cristal, la
Sierra de Nipe y las Cuchillas del Toa, mientras que en sus 12 000 kilómetros
cuadrados de extensión quedaban los entonces municipios orientales de Mayarí,
Sagua de Tánamo, Baracoa, Guantánamo, Yateras, Alto Songo y San Luis, con una
población de medio millón de habitantes.
El
Segundo Frente, apenas nacido, comenzó a
tejer su brillante historia de combates y victorias. A la toma del aeropuerto
de Moa, el 31 de marzo de 1958, siguieron acciones como el ataque a los
cuarteles de Imías y de Jamaica, la toma del puesto naval y el cuartel de
Caimanera y el ataque al cuartel del central
Soledad, acciones todas en el mes de abril.
Para
esa fecha, ya el Comandante Raúl Castro había depurado y sumado a las tropas
del Segundo Frente, los grupos de
alzados que operaban en la zona y se habían constituido los comités de
campesinos para el apoyo al Ejército Rebelde. Otro acontecimiento importante se
producía en esos días, la incorporación al mando de Raúl, de la Columna 9 José Tey,
dirigida por el Comandante Belarmino Castilla Mas, lo que constituiría un
valioso aporte en hombres y en armas al joven frente guerrillero.
¡No pasarán!
En
mayo de 1958, la tiranía se lanzó a una
ofensiva con la cual creyó destruir al Ejército Rebelde. En la Sierra Maestra, se
pretendía cercar y eliminar al
Primer Frente Oriental cuya
Comandancia, con Fidel al frente, radicaba en La Plata. Esa operación -
terminada con el más rotundo fracaso - tuvo también como objetivo el territorio
del Segundo Frente.
Por
los cuatro puntos cardinales, tropas batistianas , procedentes de Santiago de
Cuba y de Holguín, intentaron penetrar en el territorio rebelde. Pero la
resistencia de los combatientes del Segundo
Frente, quienes enarbolaron la
consigna de ¡No pasarán! , fue un valladar infranqueable contra el cual se
estrellaron las fuerzas de la tiranía.
En
los combates de Bayate, La Lima,
Limonar, Ocujal, Cupeyal y Marcos Sánchez, entre otros, el ejército enemigo
tuvo más de un centenar de muertos y una alta cifra de heridos. La barbarie
batistiana desató entonces criminales bombardeos y ametrallamientos,
principalmente sobre caseríos y poblados, de los cuales fueron víctimas
principales las mujeres y niños indefensos.
Las
acciones militares rebeldes se incrementaron hasta que la ofensiva de la tiranía
ocupó su lugar en la historia como una bochornosa derrota, de la cual no
podrían recuperarse en todo el transcurso de la guerra revolucionaria. La promesa de que el enemigo no pasaría, fue
cumplida con ejemplar heroísmo.
Más
allá de lo militar
El
Segundo Frente Frank País García fue un ejemplo de las proyecciones existentes
desde entonces en la jefatura revolucionaria sobre las medidas que debían
ponerse en práctica una vez logrado el triunfo.
Desde
el punto de vista militar, el Frente
quedó oficialmente estructurado, desde agosto de 1958, en cinco columnas
guerrilleras: La número 6 “Juan Manuel
Ameijeiras”, la 19 “José Tey”, la 17 “Abel
Santamaría”, la 18 “Antonio López Fernández” y la 20 “Gustavo Fraga”. La sexta,
creada en octubre de ese año, fue la número 16
“Enrique Hart”. También fueron creadas Unidades Móviles de Choque.
Mediante
una orden del jefe del Segundo Frente,
el Comandante Raúl Castro, fechada el 28 de octubre de 1958, quedó establecida
una Comandancia Central, con sus Departamentos de Guerra ( Fuerzas Terrestres y Fuerza Aérea Rebelde),
Justicia, Sanidad, Propaganda, Educación, Construcción y Comunicaciones y de Finanzas. La Escuela Política
José Martí, el Buró Agrario y el Buró Obrero, quedaban adscriptos a la Comandancia Central.
En
todos esos aspectos, la jefatura rebelde
comenzó a aplicar las transformaciones que continuarían luego, con mayor
profundidad, al ser derrotada la tiranía batistiana y producirse el triunfo
definitivo de la
Revolución. En ese territorio, durante la guerra, fueron
construidas y funcionaron más de 400 escuelas y unos 20 hospitales que
prestaban atención a la población.
Una
muestra de la fuerza política y organizativa, fueron el Congreso Campesino en
Armas, celebrado el 21 de septiembre de 1958 y el Congreso Obrero en Armas,
el 8 de diciembre de ese año, donde
ambos sectores proclamaron su incondicional apoyo al Ejército Rebelde, en el cual
cifraron desde el inicio sus esperanzas de reivindicación definitiva.
En
noviembre de 1958, comienza la Ofensiva Rebelde, en la cual las tropas al mando
de Raúl tuvieron un desempeño protagónico. La orden del Comandante en Jefe
Fidel Castro de que las Columnas del Segundo Frente continuaran su avance,
sitiaran y rindieran cuarteles en la zona comprendida entre Cueto, Mayarí, San
Luis y Guantánamo, fue estrictamente cumplida.
La
cuantía y magnitud de las acciones crecieron con celeridad. El territorio
liberado se ensanchaba. Con la toma de La Maya el 7 de diciembre de 1958, quedaba eliminado
el último bastión enemigo entre las ciudades de Guantánamo y Santiago de Cuba.
En dicha acción, tuvo su estreno la Fuerza Aérea Rebelde, que llegó a contar con
13 naves.
Y
ya, para finales de diciembre, las columnas del Segundo Frente Oriental Frank
País habían limpiado de fuerzas enemigas su zona de operaciones y tenían
cercado a Guantánamo.
El
Primer, Segundo y Tercer Frentes, bajo las jefaturas de
Fidel, de Raúl y de Almeida, convergerían desde noviembre en el desarrollo de la Operación Santiago
o Batalla de Oriente, la cual cumplió el plan trazado por el Comandante en Jefe
de doblegar todas las fuerzas enemigas en este territorio oriental y cerrar el cerco sobre Santiago de Cuba,
donde debía tener lugar el combate decisivo contra la tiranía batistiana.
Fusiles multiplicados
La
pequeña tropa que el 11 de marzo de 1958 dejó constituido el Segundo Frente
Frank País, poseía sólo 53 armas largas. En el fragor de los combates, al
terminar la guerra, habían arrebatado al
enemigo 1 216 armas de ese tipo. Cada
fusil rebelde se había multiplicado por casi 23.
Durante
la contienda, fueron derribados tres aviones enemigos y capturados seis; un
total de 35 cuarteles y guarniciones batistianas fueron aniquilados, rendidos o
tomados; las bajas del ejército opresor, en las casi 250 acciones bélicas
realizadas, llegaron a 1 979.
Una
definición hecha por el Comandante en Jefe Fidel Castro, retrata en toda su
dimensión histórica el significado de esta fuerza rebelde. “El Segundo
Frente Oriental Frank País fue modelo de organización y eficiencia y jugó
un papel de extraordinaria importancia estratégica en nuestra guerra”.
Para los héroes caídos
Hoy,
a 62 años de la llegada de Raúl y sus
combatientes a Piloto del Medio, cabe el recuento de una guerra desarrollada y
ganada, de una obra construida y defendida, junto a las vivencias de forjar
cada día nuevos sueños que ceden a la realidad su lugar, para multiplicarse
luego en la conciencia del pueblo y convertir en acción las más nobles y justas
ideas.
Las
victorias y conquistas de ahora, tienen sus raíces en los cerca de 200
combatientes del Segundo Frente Oriental Frank País caídos durante la guerra;
en el gesto de los humildes campesinos y obreros que apoyaron y protegieron a los guerrilleros o se sumaron
a sus filas; en los inocentes asesinados por la dictadura batistiana, apoyada
por los mismos enemigos actuales de la Revolución. Y también en los héroes que junto a
todo el pueblo comparten los combates y riesgos presentes y se aprestan para
los que están por venir - como expresara Raúl - con la fe inconmovible en
la victoria.
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