.Orlando Guevara Núñez
Es una verdad inobjetable que
la presencia del Comandante en Jefe Fidel Castro en los acontecimientos
relacionados con la invasión mercenaria de Playa Girón, influyó en el heroísmo
de los combatientes cubanos aún antes de los primeros enfrentamientos.
El 15 de abril, ya herido de
muerte por la metralla que de forma salvaje cayó sobre los aeropuertos de
Ciudad Libertad, Santiago de Cuba y la Base Aaérea de San Antonio de los Baños,
el combatiente Eduardo García Delgado, poco antes de su último aliento,
escribió, con su propia sangre, un nombre: FIDEL.
Y cuando los mercenarios
llegaron a tierra cubana y tuvieron el primer contacto con los milicianos,
recibieron de ellos una respuesta que
fue el preludio de los acontecimientos posteriores: ¡Patria o Muerte! ¡Viva Fidel!
Para los cubanos, la
presencia de Fidel en los lugares de mayor peligro no ha sido nunca una
sorpresa. Estuvo al frente en el asalto al Cuartel Moncada, el 26 de Julio de
1953; al frente en la expedición del Granma, el 2 de diciembre de 1956, para
reiniciar la lucha armada contra la tiranía batistiana; al frente en la lucha
guerrillera de la Sierra Maestra; dirigió personalmente decisivos combates,
arriesgando su vida.
Y ya, después del triunfo, en
los momentos de peligro, tanto por agresiones como por desastres naturales, ahí
ha estado Fidel, siempre junto al pueblo.
Para los mercenarios
invasores, sin embargo, la presencia de Fidel en los combates de Playa Girón
fue algo inesperado. En primer lugar, porque las mentiras difundidas desde los
Estados Unidos hablaban de la “huída” y hasta del “exilio” del jefe de la Revolución. Y
también porque no concebían que él estuviera en la primera línea de combate.
Uno de los mercenarios,
nombrado José Manuel Gutiérrez, durante el proceso de entrevistas televisadas a
los invasores presos, hizo las declaraciones siguientes:
“Al otro día por la mañana
pasa un jeep diciendo: Ríndanse, ríndanse y tirando tiros, y al poco rato un
grupo de milicianos; salimos y nos entregamos, el que iba en el jeep era Fidel,
y yo le decía a uno: Por eso nosotros perdimos, porque Fidel está con ellos,
peleando en el frente, y los que estaban con nosotros, los que nos trajeron
embarcados, se fueron después”.
Algún tiempo después, un
asesor presidencial de Kennedy, Arthur Schlesinger, escribiría:
“La realidad fue que Fidel
Castro resultó ser un enemigo mucho más formidable y estar al mando de un
régimen mucho mejor organizado de lo que nadie había supuesto. Sus patrullas localizaron
la invasión casi en el primer momento. Sus aviones reaccionaron con rapidez y
vigor. Su Policía eliminó cualquier posibilidad de rebelión o sabotaje detrás
de las líneas. Sus soldados permanecieron leales y combatieron bravamente”.
Al ser derrotada en menos de
72 horas la invasión organizada, financiada, apoyada y dirigida por el gobierno
de los Estados Unidos con el fin de derrotar a la Revolución cubana, se cumplía
el mandato del Comandante en Jefe, Fidel Castro Ruz, cuando, al conocerse la agresión,
se dirigió a todos los cubanos:
¡Adelante, cubanos, que la Revolución es invencible y
contra ella y contra el pueblo heroico que la defiende se estrellarán todos sus
enemigos!
Gritemos ahora con más ardor y firmeza que nunca,
cuando ya hay cubanos inmolándose en combate: ¡Viva Cuba Libre! ¡Patria o
Muerte! ¡Venceremos!
Así, en primera fila del
combate y del peligro ha estado siempre nuestro Comandante en Jefe. Lo sigue
estando después de su desaparición física. Y lo seguirá estando siempre. Fidel
junto a su pueblo, el pueblo junto a su Fidel. Eso es lo que no pueden entender
nuestros enemigos. Y es lo que tratan de tergiversar con sus falsas campañas
que, como los mercenarios de Playa Girón, se estrellarán también contra la Revolución y su heroico
pueblo.
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