miércoles, 31 de agosto de 2022

¡Qué inmenso es un hombre cuando sabe serlo!

 


Orlando Guevara Núñez

En un artículo titulado Extranjero, publicado por Martí en el periódico El Federalista, de México,  el 16 de diciembre de  1876, fue escrito este pensamiento.   Anuncia – y explica las razones- su partida de México, país en el que había residido.  El  7  de ese mismo mes, había escrito otro artículo, fustigando el método del general Porfirio Díaz para asumir la jefatura del país azteca.

Enjuicia críticamente las consecuencias para México de los cruentos acontecimientos que a costa de sangre y vidas mexicanas llevaban al poder al caudillo que había derrocado al presidente.

Y emite un juicio sobre el hecho:” ¡Humanidad más que política! ¡Indignación más que miseria! Esta es mi fuerza: aquélla es mi amor. Por eso me sentí  como herido en el pecho, la tarde en que a la luz opaca del crepúsculo, porque el sol mismo le negaba sus luces, leí aquel documento inolvidable en que un hombre se declaró, por su exclusiva voluntad, señor de hombres”.

 Agregó seguidamente: “Por eso, cercano ya mi día de despedida, tomé amorosamente la pluma de la indignación entre mis manos, y escribí La situación, y otros artículos anteriores, y otras cosas más, que en la vida y sobre la vida flota fiero el misterio de la humana dignidad”. Reafirma su amor por México, y dice que donde quiera que esté, en su peregrinar, para la lisonja siempre será extranjero, y para el peligro, siempre ciudadano.

Refiriéndose a la dignidad  del hombre, vierte Martí otro criterio de mucha valía:

¡Qué grande es la voluntad!  ¡Qué misterio tan imponente, tan consolador, tan majestuoso,  tan bello, el de la personalidad! ¡Qué inmenso es un hombre cuando sabe serlo!  Se tiene en la naturaleza humana mucho de ígneo y de montañoso. Hay hombres solares y volcánicos; miran como el águila, deslumbran como el astro, sienten como sentirían las entrañas de la Tierra, los senos de los mares y la inmensidad continental”

martes, 30 de agosto de 2022

La madurez en el pensar debe ir seguida de la rapidez en el obrar


Orlando Guevara Núñez

La situación política de la Francia de 1881 no escapó al análisis de José Martí. El tema de las elecciones y los cambios que en ese momento caracterizaban al país, fueron percibidos y expuestos en una carta dirigida al director del diario venezolano  La 0pinión Nacional, donde fue publicada el 17 de septiembre del citado año.  

Habla sobre la rivalidad y turbulencia en unas elecciones distritales y sobre  la calma y efectividad de ese proceso en el resto de Francia.

Del éxito de esas elecciones dice que “Esta es la conquista del hombre moderno: ser mano y no masa; ser jinete y no corcel; ser su rey y su sacerdote; regirse por sí propio.

Califica esas elecciones de proceso sin violencia ni acusaciones de fraude. Dice que la lucha es mortal, pero honrada y que desde que Francia no tiene rey, este pueblo es en verdad un pueblo rey.

Pero no está ajeno a los peligros que acechan al gobierno electo, pues considera que los políticos de estos tiempos han de tener dos  épocas, la de “derrumbe valeroso de lo innecesario” y la otra de “elaboración paciente de la sociedad futura con los residuos del derrumbe”

Considera superior las elecciones francesas a las de los Estados Unidos. Menciona propósitos y obstáculos de planes opositores, y señala la necesidad de adelantárseles.

Por eso plantea lo de la rapidez en el obrar, argumentando que “como toda marcha, no es posible reposar en el camino, si se quiere marchar a la cabeza o a la par de todo”.

 

El que levanta a su país, se levanta a sí propio


Orlando Guevara Núñez

En una breve misiva  a Justo Castillo, “Mi querido y buen Justo” le llama Martí, está contenido este pensamiento. La carta está fechada en octubre de 1893.   Se evidencia que Justo le ha hablado sobre un baile de casaca. Y Martí le expresa su júbilo por la noticia. Le dice que comparte la idea de que nos pongamos elegantes, porque a los hombres no se les juzga por lo que son, sino por lo que parecen, pues hay razones para juzgar mal a quien no cuida del respeto y buena apariencia de su persona.

Afirma que mientras haya un hombre alto, todos los hombres tienen el deber de aspirar a ser tan altos como él. Pero le advierte que de la casaca se van a burlar si no mostramos ser hombres que a su hora de poner el charol y el frac y a su hora para adquirir el derecho a la fiesta, trabajan y pelean.

Y plantea una interrogante: ¿Está Cuba alzándose, y sus mozos no le tenderán los brazos, para ayudarla y levantarse, para levantarse con ella?  Por eso el pensamiento citado y agrega que “El que no tiene país propio se queda sin raíces en el mundo”. 

Más bandolero es quien roba honras que quien roba bolsas

 


Orlando Guevara Núñez

En este pensamiento martiano queda claro un concepto: el valor de la honra es superior al valor del dinero. Y es severo  en el criterio sobre quienes actúan de forma opuesta a ese principio.

Lo argumenta: “Ciertas palabras se deben reservar fríamente  para marcar en el anca con ellas a los malvados que pretenden salvarse de los deberes del sacrificio necesario, o remendar la vanidad malherida, con calumnias de que suelen, con superior decoro, retraerse los salteadores de caminos”.

Junto al pensamiento citado, otro. “Más bandolero es aún quien roba honras útiles a la patria que quien roba honras privadas” “El más punible de los delitos es aquel que lastima, o trata de oscurecer, una fama o una pureza útil a la patria”.

Tanto hiere a Martí la conducta condenada, que vierte otro  criterio; “Acaso es el único delito que justifique, por la extensión del mal, la pena de muerte: el de deshonrar, o perturbar, las fuerzas útiles al rescate y purificación del pueblo en que nacimos. Estas palabras están contenidas en un artículo titulado Un bandolero, publicado en el periódico Patria, el 24 de noviembre de 1894  Está desmintiendo a un individuo que en La Habana difundió la patraña de que “el señor Martí lo fue a ver a Saratoga, y a pedirle dinero para la Revolución, que el señor Martí recibió de él la oferta de unos cientos de pesos, y le respondió que persona de su  caudal no debía dar cientos, sino miles; que airado el señor Martí, con su negativa, levantó la vista, anunciándole que le había de pesar”.

Afirma nuestro Apóstol  que es falso el testimonio, que ni  él, ni el Partido Revolucionario Cubano han pedido dinero a nadie. El hombre miente, dijo.

lunes, 29 de agosto de 2022

El que puede ser reo, no ha de ser juez. El que es falible, no debe dar fallo

 



 

Orlando Guevara Núñez

Cuando José Martí escribió esta aseveración  estaba hablando sobre el Parlamento de Francia. La firmó el 17 de febrero de 1882 y fue publicada  por el periódico venezolano La Opinión Nacional el siguiente 7  de marzo, 

Está hablando sobre las maniobras  del  Parlamento para proteger intereses  particulares, es decir, poner el poder en función no de la población, sino para lucros individuales,

“Un hombre alto –analiza- ha de obrar altamente”. Y añade que ser gobernante de hombres, no ha de venir a quedar en ser su cómplice.

Los ejemplos con los cuales ilustra su criterio, fundamentan  que no es posible impartir justicia cuando se viola y cuando quienes tienen la responsabilidad de dictar fallos, tienen los mismos defectos de aquellos  sobre  quienes tienen la potestad de  decidir.

Es claro su pensamiento de que “Si se ha de deber el triunfo a ocultaciones, a compraventa de decoro, a retaceos de la justicia, a compadrazgos y comadrerías, sienta mejor a un hombre grandioso el honor de la derrota que los regocijos del triunfo”.

Y al final, otros  pensamientos martianos muy aleccionadores: ¡Desconfían de la humanidad los cobardes y los míseros! ¡Los hombres serán hermanos, en tanto que los reúna la común contemplación de las obras hermosas!