Orlando Guevara Núñez
En carta dirigida al patriota cubano Serafín Sánchez, escribió Martí este criterio. La misiva aparece clasificada en su epistolario, fechada en 1894. Se nota contrariedad en quien escribe. “Mucho, Serafín, tengo que morder, mucho que contener y disimular, y todo no es como debía ser, y como la abnegación de usted desearía”. Habla de su necesidad de hacerlo todo y que no le importaría si su deshecho cuerpo le alcanzara para todo. Se entiende, por el contenido de la carta, que hay quienes no están haciendo lo que les corresponde, entre hombres cercanos a Serafín. Pero no es la queja de un vencido, ni dejado ganar por el agobio.
Por eso, al afirmarle a su amigo el pensamiento arriba expresado, le agrega: “Pero, ¡adelante, con todas las tristezas! Ahora es la de ver quien sirve, y quién no sirve”. Lo primero es ser bueno; y lo demás, para que la bondad sea útil, es que los demás sepan dónde está La cualidad de bueno, es exaltada por Martí en varios momentos. Pero no la utiliza por gusto, ni por lisonja inmerecida. Para él, es una esencia necesaria en el ser humano.
Ahora le está hablando a un estimado amigo suyo y patriota cubano, Rafael Serra. La carta está fechada en 1890. A él le dice: “Y el agradecimiento que le tengo a usted es tan grande, y de tantos quilates es el oro en su corazón, que la respuesta a lo que ha dicho de mí, y a lo mismo que me dice ahora, no se la he de dar en una carta vacía, sino en actos difíciles y útiles, y esa será respuesta digna del cariño de usted y de sus cartas”.
Hace referencia, en Serra, al ejercicio valeroso y constante de la virtud. Y dice que no hay otros placeres en el mundo, fuera del que nace de ellos, y es el cariño firme y deleitoso de los pocos hombres de verdad.” Los demás no cuentan”. Afirma que en el mundo se ha de vivir como viven los médicos en los hospitales. En una referencia a los españoles, anota Martí a Serra: “Lo de los españoles está en razón; pero no me los espante. Los españoles buenos, son cubanos. “A los pícaros, les pondremos la lanza por delante, como el centurión en el cuadro de Jesús”.
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