sábado, 20 de noviembre de 2021

Cuando la muerte se inclinó ante Fidel


 

.Orlando Guevara Núñez

 

 


El Comandante en Jefe Fidel Castro, siempre guiado por el patriotismo, el amor y la fidelidad a su pueblo, estuvo muchas veces  cerca de la posibilidad de la muerte. Ella lo buscaba, pero no lograba encontrarlo.

Desde su época estudiantil trataron de asesinarlo. Pero la muerte no logró su propósito. En los días del Moncada, en varios momentos estuvo muy cerca de perder la vida. Uno fue cuando de pie, solo, quedó disparando a un ametrallador para proteger la retirada de sus compañeros; otro, cuando también de pie y sin compañía, bajo el tiroteo, salió a la calle central aledaña a la fortaleza.

Fue la ocasión en que un auto de los asaltantes lo recogió, pero ante la presencia de un herido, se desmontó del vehículo, cedió su puesto al compañero y volvió a quedarse solo. Hasta que logró salir del escenario. Otro fracaso de la muerte.

Luego, cuando fue hecho prisionero, solo la ética y valentía de un militar de honor, el Teniente Pedro Sarría, con su orden a los soldados al borde del crimen, de bajar los fusiles, junto a la afirmación histórica de que las ideas no se matan, evitó que la muerte se apoderara de Fidel. Ese mismo día, en otras dos ocasiones la muerte estuvo muy cerca del jefe del asalto al Moncada. Primera, cuando  ante  una lluvia de disparos, Sarría ordenó a tenderse en el suelo y Fidel se quedó de pie, alegando que prefería morir así. Y también cuando el comandante Chaumont, le exigió a Sarría que le entregara a los prisioneros para ejecutar la orden de asesinarlos. Pero Sarría impidió de nuevo  al asesinato.

Estando en la prisión de Boniato, la dictadura trató de asesinarlo, plan frustrado, incluso por la solidaridad de presos comunes con el jefe insurrecto. Ya en el exilio en México, nuevos intentos de eliminación física contra Fidel terminaron en el fracaso.

Al  quinto día de haber desembarcado en el yate Granma para reiniciar la lucha armada por la verdadera libertad e independencia de Cuba, tuvo lugar la sorpresa de Alegría de Pío, sustentada  en la traición de un guía de la zona. Allí Fidel, junto a Faustino Pérez, estuvo más de tres días cubierto de paja de caña, bajo los bombardeos  y la metralla. Contó Faustino que aún en esas circunstancias, Fidel hablaba de las proyecciones de la Revolución cuando triunfara. Y durante ese tiempo, estuvo muy cerca de la muerte, pues permanecía con el cañón de su fusil afincado en la barbilla, dispuesto a inmolarse antes que caer prisionero.

Luego, en la Sierra Maestra, llegó a dormir cubierto con la misma manta junto a un traidor con una pistola lista para asesinarlo. En otra ocasión, un agente batistiano logró penetrar en la Sierra Maestra con el objetivo de matar a Fidel. Pero esa noche, los únicos disparos escuchados fueron los del fusilamiento del asesino.

Durante la guerra revolucionaria dirigió personalmente múltiples combates y batallas, con el peligro de perder la vida.

Ya en la paz, fueron muchas las ocasiones en que la muerte estuvo muy próxima a Fidel.  . Datos publicados, pero no por todos conocidos, testifican que el maridaje de gobiernos de Estados Unidos, Agencia Central de Inteligencia (CIA) y mafia contrarrevolucionaria, principalmente la radicada en Miami, organizaron, que se conozca, la tenebrosa cifra de 638  intentos de asesinato contra Fidel.  Pero la vida pudo más que la muerte.

Durante sus visitas a Chile, Venezuela y Panamá, por solo citar tres ejemplos, fueron frustrados intentos de asesinato contra el líder  revolucionario cubano. En el primero de estos casos, una pistola oculta en una cámara de televisión, no fue accionada por la mano del encargado de ejecutar el crimen.

El gobierno de Ronald Reagan, con 197 intentos, está señalado ante la historia como el presidente de Estados Unidos que más veces ha apañado el intento de matar a otro jefe de Estado, en este caso al nuestro. La “medalla de Plata”, en esta siniestra carrera, le pertenece a Richard Nixon, con 184. Bush (Padre) marca el último peldaño con 21 tentativas de asesinar a Fidel. La desvergüenza, de todas formas, está bastante repartida.

. Fidel expuso su vida durante su incursión por las bravías aguas de los ríos crecidos durante el ciclón Flora. Y estuvo a punto de  perderla. Lo hizo durante la invasión mercenaria de Playa Girón, dirigiendo personalmente las operaciones, compartiendo con su pueblo la presencia en los lugares de mayor peligro. Y cuando la Crisis de Octubre, ante la amenaza de exterminio nuclear, prefirió la decisión de morir de pie antes que vivir de rodillas.

. El imperialismo y sus cómplices mintieron infinidad de veces, publicando la falsa noticia sobre la muerte de Fidel. Engañoso y brutal consuelo, ante lo que no  pudieron  convertir en verdad.

 

Fidel cumplirá este 25 de noviembre, cinco  años de  no estar físicamente junto a su pueblo.  Pero su presencia no se ha extinguido. Aquel  día  de 2016, la muerte, después de tantos intentos fallidos, logró encontrar a Fidel. Pero ya frente a él, se dio cuenta de que sumaba otro fracaso a su larga espera. Por eso solo atinó a mirarlo, dedicarle una reverencia y reconocer que había llegado tarde, porque al encontrarlo, Fidel  había coronado  ya el escalón cimero de la inmortalidad.

 

 

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