. Orlando Guevara Núñez
Desde su misma fundación, el 16 de agosto de 1925, el Partido Comunista de Cuba no dejó nunca de luchar, difundiendo sus ideas, combatiendo las tiranías, denunciando la explotación de los trabajadores y de los campesinos, fijando su posición antiimperialista. El combate y el martirologio signaron a esta organización desde su cuna hasta el mismo triunfo de la Revolución cubana, el 1ro. de enero de 1959.
Decenas de manifiestos, llamamientos, declaraciones, denuncias, salieron a la calle, siempre en defensa de los trabajadores, contra la miseria y el hambre, contra el capitalismo explotador y la sumisión de los gobiernos de turno al imperio norteamericano.
Vivió más tiempo en la clandestinidad que en la legalidad. Sus dirigentes y militantes fueron siempre perseguidos, encarcelados, torturados, en muchos casos asesinados. La lista de mártires sería interminable, principalmente dirigentes del Partido, de sectores obreros, campesinos. Julio Antonio Mella, Enrique Varona, Alfredo López, Aracelio Iglesias, Jesús Menéndez, Paquito Rosales, José María Pérez; los obreros Claudio Bouzón y Noske Yalob; José Falcón, Tomás Grant, Baldomero Duménigo, José Wong, Cuzart; los líderes campesinos Sabino Pupo y Niceto Perez, ¡Tantos otros! ¡Sangre rebelde asesinada! ¡Preludio de alborada! ¡Heraldo de felicidad!
Así, la sangre comunista, obrera, campesina y estudiantil, no fue derramada en vano, fertilizó los surcos donde germinó la Revolución cubana.
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