sábado, 2 de enero de 2021

Hacia el 2021 abrazados en el combate y la victoria

 


.Orlando Guevara Núñez

La Revolución cubana ha llegado a sus 62 años de vida. Ella es el fruto de las ideas,  la acción y el sacrificio de las generaciones que desde Céspedes  hasta Fidel han luchado por nuestra libertad e independencia.

Esa legión de héroes, encabezada por nuestro Héroe Nacional, José Martí, estuvo presente en el Moncada, junto a la Generación del Centenario.  Ese patriotismo y esas ideas, luego del combate de la Santa Ana, acompañaron a los revolucionarios en el presidio, en el exilio, navegaron en el Granma, escalaron las montañas, se extendieron por los llanos y ciudades, alcanzaron dimensión de pueblo y se alzaron victoriosas el Primero de Enero de 1959.

Así,  tuvo lugar el acontecimiento más trascendente del siglo XX cubano, que trascendió fronteras para insertarse en la historia americana y más allá. Desde entonces, comenzamos a vivir una historia nueva. Lo primero fue destruir el aparato de dominación capitalista en el país, sus órganos  de represión,  su sistema económico basado en la explotación del hombre por el hombre y su subordinación al imperio norteamericano. Luego, el paso a la construcción del socialismo, con todos y para el bien de todos,  sueño cumplido de Martí.

Como lo advirtió Fidel, ha sido un camino largo y difícil. Por un lado  la herencia de un país empobrecido y explotado. Por otro, un país pequeño  agredido por la potencia más poderosa,  agresiva y criminal que ha conocido la  humanidad.

Hoy, a 62 años de la victoria, podemos afirmar que los cubanos preservamos la vida porque hemos sido capaces de arriesgarla para seguir siendo lo que somos y no regresar jamás a lo que fuimos. Ha sido ésta la mayor grandeza de nuestro pueblo, sin dudas, la obra más acabada de la Revolución cubana.

Hemos construido, engrandecido y defendido  nuestra obra. Hemos enfrentado la criminal guerra económica, comercial y financiera impuesta por los gobiernos norteamericanos. Sobrevivimos y vencimos durante los dramáticos momentos de la invasión mercenaria de Playa Girón y la Crisis de Octubre. Hemos sido víctima de sucias guerras bacteriológicas que han costado valiosas vidas humanas, daños a los animales y a cultivos agrícolas decisivos para la economía.  La dolorosa cifra de 3 478 vidas perdidas y 2099 incapacitados permanentes, es el resultados de los sabotajes organizados  y financiados por la CIA y los gobiernos yanquis contra Cuba.

A esas agresiones se unen el intento de aislamiento, las mendaces campañas difamatorias y el perenne recrudecimiento  del bloqueo que ha fracasado en su intento de matarnos por hambre y enfermedades o rendirnos por temor. Pero nuestro pueblo ha resistido y seguirá resistiendo. ¡Y seguirá venciendo! Vivimos hoy en un mundo convulso, donde a la miseria y las desigualdades del capitalismo se unen los efectos letales de una pandemia que, además de la tragedia de las vidas perdidas, incluyendo a los países ricos, incrementa el desempleo, las desprotección de millones de personas y pone al descubierto la incapacidad del capitalismo para garantizar a  los pueblos el más sagrado de los derechos humanos: el derecho a la vida.

Aún en medio del más brutal bloqueo y los efectos de la pandemia, Cuba ha resistido. Tenemos grandes dificultades, pero no renunciamos a vencerlas y marchar hacia un desarrollo sostenible. El imperio y sus lacayos en el exterior e internos se esfuerzan por fomentar en los cubanos el desaliento, el desespero, la desconfianza en la Revolución y sus dirigentes. Otra maniobra que, como todas, terminará en el más rotundo fracaso.

Nuestra Cuba socialista no podrá ser nunca derrotada. Porque  tenemos la fortaleza de que el gobierno es el pueblo. Y seguiremos siendo más socialistas, más internacionalistas y más antiimperialistas.

El año 2021 será también difícil; pero el país se prepara en todos los frentes de lucha. La producción, la defensa, el fortalecimiento ideológico, el desarrollo científico, la capacidad de resistencia y la fe inclaudicable en la victoria, son pilares inclaudicables, y valladares infranqueables para el enemigo. El 8vo. Congreso del Partido Comunista de Cuba, es ya un nuevo incentivo para un mayor trabajo y mejores resultados en todo nuestro quehacer.

Aquí,  en Santiago de Cuba,  fue proclamada  la victoria de la Revolución. Aquí se atesoran los restos del Padre de la Patria, de la Madre de la Patria, de nuestro Héroe Nacional y de nuestro eterno Comandante en Jefe. Aquí nacieron el Titán de Bronce, Antonio Maceo y el héroe de la lucha clandestina, Frank País, cuya caída sintetiza el homenaje a todos los caídos por la libertad e independencia de la patria. Somos hijos de la ciudad verde olivo y el rojinegro brazalete. En el Santa Ifigenia, arde la Llama Eterna, como recuerdo a todos los caídos y a los que en un futuro caigan defendiendo nuestra libertad y nuestra obra.

Esa historia y esa gloria, serán nuestro estandarte en los combates presentes y los que están por venir. Santiago seguirá siendo Santiago. Y con el esfuerzo de todos, ¡Seguiremos venciendo!

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