martes, 12 de enero de 2021

No, señores imperialistas, ¡No somos gemelos!

 


.Orlando Guevara Núñez

El gobierno imperialista de los Estados Unidos – aún en sus estertores finales- antes de ser desplazado del poder- ha hecho un nuevo intento por desprestigiar a la Revolución cubana, como paso previo para su destrucción total.

Trump y Pompeo – dúo de connotados terroristas- acaba de incluir a Cuba en su lista de países patrocinadores del terrorismo. Esa acusación viene, nada menos que del gobierno más terrorista de estos tiempos. Y de tiempos pasados.

Ahí están sus crímenes de guerra en diversas  latitudes del mundo. Su apoyo al terrorismo en Siria, en Irán, en Libia, en Afganistán, en todas partes donde existan.

Ahí está su apoyo a Israel en su genocidio contra el pueblo palestino; el apoyo a gobiernos tiránicos y corruptos, como Brasil, Colombia y otros que oprimen a sus pueblos. Ahí está sus guerra sucia contra Cuba, Venezuela, Nicaragua, su golpe de estado en Bolivia

Cuba, en el plano internacional, se ha caracterizado por la ayuda solidaria a los pueblos en todos los continentes. Cuba ha mandado y manda médicos para salvar vidas, curar enfermedades, aliviar males, e incluso contribuir a evitarlos. Ha mandado y manda maestros para erradicar  la ignorancia, profesionales para contribuir al desarrollo. Cuba, como expresó José Martí, anda por el mundo como hermana.

Así, señores imperialistas, en el caso del terrorismo, Cuba no es gemela de los Estados Unidos. Ni siquiera se parece. Las mentiras, el cinismo, la orfandad de ética y moral del gobierno yanqui, se estrellarán una vez más contra la el ejemplo y la verdad cubana.

Es evidente que hasta después de desaparecido como gobierno, quieren continuar haciéndole daño al pueblo cubano. Ellos, sin embargo, camino hacia el basurero de la historia, aún desde allí, seguirán revolcados en su propio estiércol, mientras que los cubanos seguiremos engrandeciendo y defendiendo nuestra gloriosa Revolución, como lo expresara el General de Ejército Raúl Castro Ruz, con una fe inconmovible en la victoria.

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