sábado, 6 de junio de 2020

El Che Guevara: El socialismo y el hombre en Cuba




.Orlando Guevara Núñez




Uno de los documentos más valiosos legados por el Comandante Ernesto Guevara de la Serna, el Che, es el titulado El Socialismo  y el hombre en Cuba, una carta suya enviada a Carlos Quijano, editor del semanario Marcha, de Uruguay, publicada por ese órgano en marzo de 1965.
Excelente análisis sobre el papel del hombre y del Estado en la sociedad cubana. Sus avances, limitaciones, sus peligros y perspectivas. Las diferencias irreconciliables entre capitalismo y socialismo. Creo que la lectura de este documento es imprescindible para entender nuestra realidad de hoy.
Hoy tomamos solo la parte final, como motivación para el estudio del trabajo completo.
“Sabemos que hay sacrificios delante nuestro y que debemos pagar un precio por el hecho heroico de constituir una vanguardia como nación. Nosotros, dirigentes, sabemos que tenemos que pagar un precio por tener derecho a decir que estamos a la cabeza del pueblo que está a la cabeza de América. Todos y cada uno de nosotros paga puntualmente su cuota de sacrificio, conscientes de recibir el premio en la satisfacción del deber cumplido, conscientes de avanzar con todos hacia el hombre nuevo que se vislumbra en el horizonte”.
Permítame intentar unas conclusiones:
Nosotros, socialistas, somos más libres porque somos más plenos; somos más plenos por ser más libres.

El esqueleto de nuestra libertad completa está formado, falta la sustancia proteica y el ropaje; los crearemos.

Nuestra libertad y su sostén cotidiano tienen color de sangre y están henchidos de sacrificio.

Nuestro sacrificio es consciente; cuota para pagar la libertad que construimos.
El camino es largo y desconocido en parte; conocemos nuestras limitaciones. Haremos el hombre del siglo XXI: nosotros mismos.

Nos forjaremos en la acción cotidiana, creando un hombre nuevo con una nueva técnica.

La personalidad juega el papel de movilización y dirección en cuanto que encarna las más altas virtudes y aspiraciones del pueblo y no se separa de la ruta.

Quien abre el camino es el grupo de vanguardia, los mejores entre los buenos, el Partido.

La arcilla fundamental de nuestra obra es la juventud, en ella depositamos nuestra esperanza y la preparamos para tomar de nuestras manos la bandera.
Estas apreciaciones del Che, mantienen vigencia no solo para la lucha cubana, sino también para nuestra América irredenta. Y más allá.

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