.Orlando Guevara Núñez
La interrogante planteada en el título tiene una
sola respuesta: votaremos por los mejores candidatos, los más capaces, los que
mejor puedan representarnos en las asambleas municipales del Poder Popular.
En estas elecciones serán electos 12 515 Delegados, en igual número de
circunscripciones, en todo el país. Serán escogidos, mediante el voto directo y
secreto, entre 27 221 nominados, todos seleccionados en asambleas populares con
la participación de más de 6 000 000 de
cubanos.
En Cuba el voto electoral no es obligatorio. Pero en
cada proceso la participación popular es masiva, porque el pueblo está
eligiendo a su propio gobierno.
De entre los hombres
y mujeres que resulten electos el próximo 26 de noviembre – o el domingo
siguiente en segunda vuelta donde sea necesario- saldrá la totalidad de los presidentes y vicepresidentes de las asambleas
municipales y el 50 por ciento de los Diputados a la Asamblea Nacional del
Poder Popular.
En cada circunscripción están expuestos, en lugares
públicos, los listados de electores y las biografías, con fotos, de todos los
nominados. Entre los propuestos, en el país son 9 637 mujeres y 5 307 jóvenes.
Cuando uno lee las biografías, se da perfecta cuenta
de lo difícil que será la votación. Obreros, campesinos, estudiantes,
militares, intelectuales, dirigentes, forman
parte de la candidatura. Sus avales son los méritos, su incondicional
servicio al pueblo, muchas veces de forma callada en sus puestos de trabajo.
La tarea del Delegado es ardua, constante. Cada seis
meses debe rendir cuenta de su labor a quienes los eligieron y tienen la
facultad de revocarlos si no cumplen con el papel asignado.
Deben lograr, ya electos, el cumplimiento en la base
de uno de los principios fundamentales de la democracia socialista: la
participación del pueblo en el ejercicio de su propio gobierno. Propiciar la
solución o explicación de los problemas
en su propio radio de acción y canalizar en las instancias superiores los que
así lo requieran. Ningún planteamiento de los electores puede quedar sin
solución o respuesta convincente.
Así iremos los cubanos a las elecciones de este 26
de noviembre, seguros de nuestro presente y de nuestro porvenir, a votar por
nuestros Delegados, por nuestra Patria, por el sistema que libremente
elegimos, construimos y defendemos: el Socialismo.
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