. Orlando Guevara Núñez
Es una gran verdad que la verdadera riqueza de un país no reside en la cantidad
de recursos que tenga, sino en la forma en que están distribuidos. Así, hay
países conceptuados como muy ricos, pero con la existencia de millones de
pobres. Y ese es el caso de los Estados Unidos.
Sencillamente, siendo considerada su economía como la
mayor del mundo, hay una gran desigualdad en la posesión y distribución de las
riquezas. Un informe correspondiente al pasado año 2017, de un relator de la
ONU, afirmó sobre Estados que:
“El 1% más rico pasó de obtener el 10% de todos los ingresos nacionales en
1980 a conseguir el 20% en 2017".
"Su enorme riqueza y conocimiento contrastan de
forma chocante con las condiciones en las que viven grandes cantidades de sus
ciudadanos. Unos 40 millones viven en pobreza, 18,5 millones en pobreza extrema
y 5,3 millones viven en condiciones de pobreza extrema propias del tercer
mundo".
"Las altas tasas de pobreza infantil y juvenil
perpetúan muy efectivamente la transmisión de la pobreza intergeneracional y
aseguran que el sueño americano rápidamente se convierta en la ilusión
americana. La igualdad
de oportunidades, que es tan valorada en teoría, en la práctica es un mito,
especialmente para las minorías y las mujeres, pero también para muchas
familias de trabajadores blancos de clase media", agrega.
El propio
documento critica los criterios gubernamentales sobre el tema de la pobreza,
pues se parte del criterio de que "Los ricos son trabajadores,
emprendedores, patriotas e impulsores del éxito económico. Los pobres son
vagos, perdedores y tramposos. Como consecuencia de ello, se considera que el
dinero que se gaste en bienestar social es dinero tirado a las cañerías".
"Muchos de sus trabajadores – se afirma- no pueden sobrevivir, teniendo un
trabajo a tiempo completo, si no reciben cupones de alimentación.
Esto encaja en una tendencia más amplia: el porcentaje de hogares que, mientras
tenían ingresos, también recibían asistencia para alimentación aumentó de 19,6%
en 1989 a 31,8% en 2015".
El analista afirma que, según
cifras oficiales, en 2017 había en Estados Unidos
unas 553.742 personas sin techo pero asegura que hay muchas
evidencias de que la cantidad verdadera es mucho mayor.En cuanto a la alimentación, un análisis del Departamento de Agricultura estadounidense estimaba que para finales de 2014, cerca de 14% de la población estadounidense enfrentaba lo que se conoce como inseguridad alimentaria:
dificultades en algún momento del año para proveer la comida necesaria para todos los miembros de la familia, debido a problemas económicos. Es decir, no les alcanzaba el sueldo para la alimentación.
Otros datos son elocuentes: 17 millones de hogares aseguraron que no siempre tenían dinero para poner la comida en la mesa, mientras que 6,9 millones de hogares tenían baja seguridad alimentaria.
Ese es el paraíso de los Estados Unidos, donde está claro que, como hace el capitalismo en todo el mundo, cada día que pasa los ricos son más ricos y los pobres son más pobres. Y eso pasa porque los ricos son los dueños del país aunque, por ironía de la democracia yanqui, una buena cantidad de votos para su elección, sea aportada por los pobres.
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