Orlando Guevara Núñez
El gobierno de los Estados Unidos, en su sucia política
contra Cuba, y tratando de confundir a la opinión pública para buscar el apoyo
que no tiene para mantener y recrudecer el bloqueo económico, comercial y
financiero a nuestro país, esgrimen, entre otros inventos, el tema de los
presos políticos. Una primera mentira, pues es sabido y demostrable, que en
Cuba no existen presos políticos. Tan es así, que en una ocasión, ante tal
acusación, el General de Ejército, Raúl Castro, los instó a que presentaran una
relación para soltarlos si así fuera. Ni un solo caso fue presentado.
Sencillamente, porque no los hay.
En Cuba hay presos, sí, como en todas partes del mundo. Pero
no por causas políticas, sino por violaciones de la legalidad. Y el sistema judicial
cubano garantiza la plena limpieza en los procesos, sin impedir el ejercicio de la defensa a los procesados. Pero algo más:
el sistema penitenciario cubano ofrece un trato respetuoso a los sancionados y,
lejos de marginarlos, trata de ayudarlos para, una vez extinguida la sanción,
tengan una plena incorporación a la sociedad. Es decir, se lucha contra los
defectos de las personas y no contra las personas que tienen defectos.
Quien quiera comprobar esa verdad, ahí está. La población
penal en Cuba goza de locales adecuados, alimentación, servicios de salud,
acceso a la cultura y el deporte, además de recibir remuneración por el trabajo
que realizan.
En Estados Unidos es el reverso de la moneda. Allí guardan
prisión más de 2 300 000 personas, en
cárceles estatales y federales. Muchas veces con hacinamiento y mala
alimentación. Es la mayor población penitenciaria del mundo. En 31 estados se
ejecuta la pena de muerte. Y en no pocos casos han existido ejecuciones sin un
respaldo de pruebas. Miles de personas van a prisiones y permanecen en ellas
sin existir siquiera un proceso formal.
En Cuba, los menores que delinquen reciben un trato
especial, educativo, y más que en prisiones, están en escuelas. En Estados
Unidos, hay más de 50 000 jóvenes de 17
años y menos confinados en cárceles, y unos 5 000 guardan prisión en prisiones
para adultos. Cada año, unos 200 000 menores de 18 años sufren algún proceso judicial y muchos son juzgados como adultos. En ese
país, se condena a menores de edad a cadena perpetua, sin derecho a la libertad
condicional.
Todos estos problemas, reflejados en un informe oficial –relatoría
de un especialista de la ONU, afirma también que: “Los acusados con menos
recursos en todo EE.UU. son encerrados en prisión preventiva porque no
pueden pagar la fianza. Un informe de 2017 demostró que la detención preventiva, a menudo
como resultado de no pagar la fianza, coacciona a las personas, algunas
inocentes, a declararse culpables sólo para salir de la cárcel”.
Los “derechos humanos” en Estados Unidos, consienten que los
prisioneros sean sometidos a torturas para obtener información. Por otra parte,
la población negra sufre en mayor grado las prisiones y los asesinatos
policiales, vandalismos respaldados por el gobierno de Trump.
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