domingo, 12 de marzo de 2017

14 de marzo, Día de la Prensa Cubana: un periodismo libre contra un periodismo mercenario.




Orlando Guevara Núñez

Este 14 de marzo celebramos el Día de la Prensa Cubana. En esa fecha,, de 1892, José Martí fundó el periódico Patria, al cual calificó como soldado. En esa ocasión, nuestro Héroe Nacional expresó ideas sobre el periodismo,  con vigencia para los tiempos presentes.
“Una es la prensa, y mayor su libertad, cuando en la república segura se contiende, sin más escudo que ella, por defender las libertades de los que las invocan para violarlas, de los que hacen de ella mercancía, y de los que las persiguen como enemigas de sus privilegios y de su autoridad. Pero la prensa es otra cuando se tiene en frente al enemigo. Entonces, en voz baja, se pasa la señal. Lo que el enemigo ha de oír  no es más que la voz de ataque”.
El pensamiento y la obra periodística de José Martí, tienen fuerza de presencia para el actual quehacer de la prensa cubana. La teoría y la práctica martianas sobre esta profesión son  fuente de enseñanzas políticas, éticas y técnicas imprescindibles para  nuestros actuales medios de comunicación y  periodistas  en su tarea de ejercer  el papel  que necesitamos. 
La guerra actual contra Cuba tiene un escenario principal en el campo de las ideas. Y en ese combate, un protagonismo decisivo  lo tienen los medios de comunicación, los profesionales de la prensa.
Hoy vemos como, en muchos países, la guerra mediática contra gobiernos revolucionarios y progresistas,  o simplemente que  se opongan a los dictámenes imperiales, desempeña un papel desestabilizador a través de las acusaciones falsas, la tergiversación de la realidad, el apoyo a los intereses y representantes de las fuerzas reaccionarias, convirtiendo a muchos medios de comunicación y a periodistas en mercenarios bien pagados.
Así lo definió el Comandante en Jefe Fidel Castro en su discurso de clausura del  VI Congreso de la Unión de Periodistas de Cuba, el 24 de diciembre de 1993:
“Sabemos ya cómo es la prensa en el mundo capitalista: tiene, sencillamente, sus propietarios, y los propietarios son los que mandan en la prensa capitalista, son los que deciden en la prensa capitalista, son los que nombran a los directores, son los que trazan la línea política, y algo realmente duro, reconocido por todo el mundo: la prensa en general está en manos de la burguesía internacional, y la inmensa mayoría de los órganos de prensa de la sociedad capitalista tienen posiciones de derecha, posiciones reaccionarias”.
Otro tanto sucede a través de las redes sociales. Cientos de miles de mensajes circulan a diario por estos canales, tratando de sembrar el desconcierto, el caos y la subversión del orden  en países gobernados por dirigentes legalmente electos por sus pueblos. No hay límites éticos para esas campañas mediáticas, embrutecedoras de sus propios pueblos.
Ante esa realidad, los  medios de comunicación y periodistas cubanos, tenemos  el deber de hacer un mejor uso de nuestros recursos materiales y de inteligencia. Y se trata, en primer lugar,  no de salir a rebatir mentiras, sino de esparcir verdades. Una afirmación de Fidel sobre los periodistas cubanos, define nuestro papel: Comisarios del pueblo.
En ese gran objetivo, la prédica martiana sobre la función de los periódicos, el papel de los periodistas y el valor de las ideas correctamente expresadas, tiene una vital importancia.
Hoy los grandes medios de prensa de los Estados Unidos y otros países que le hacen coro, mienten deliberadamente sobre la realidad cubana. Muchos periodistas y falsos  periodistas, actúan como mercenarios de esos medios, sin el menor asomo de ética ni apego a un principio de la profesión: la objetividad y el respeto a la verdad.
En ese contexto y siguiendo el legado martiano y fidelista, los periodistas cubanos, como soldados y comisarios del pueblo, seguimos esparciendo la verdad de la Revolución cubana. Es una ardua lucha de la verdad contra la mentira, de una prensa al servicio del pueblo frente a otra que representa a los explotadores de los pueblos. Una lucha sin cuartel entre la prensa verdaderamente  basada en le ética, frente a la prensa prostituida y sostenida por los más reaccionarios intereses. En síntesis: un periodismo libre contra un periodismo mercenario.

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