lunes, 26 de septiembre de 2016

Los Comités de Defensa de la Revolución: fuerza inextinguible de pueblo




.Orlando Guevara Núñez

Aún recuerdo aquel  28 de septiembre de 1960. Era un muchacho campesino, que integraba ya las filas de la Asociación de Jóvenes Rebeldes (AJR) y estaba en disposición de defender la Revolución, aunque no tenía la plena certeza,desde el punto de vista personal, de cómo hacerlo.
En la zona  rural donde vivía, no existía la televisión. Pero escuché el discurso de Fidel por la radio. Oí lo de los petardos, la reacción del pueblo pidiendo paredón para los vendepatrias y apoyando a Fidel y a la Revolución. Y se me grabó en la mente la afirmación de nuestro Comandante en Jefe de que los enemigos estaban jugando con el pueblo y nosabían la tremenda fuerza del pueblo.
Y en aquel momento, entre petardos terroristas e indignación  de pueblo, surgió la idea de Fidel de organizar los comités de vigilancia en cada cuadra. Confieso que no tenía la más mínima idea de cómo eso podría hacerse, ni quién lo organizaría, ni cuándo. Pero el  mensaje estaba claro: había que organizarse para combatir a la contrarrevolucion.
Un día, poco después, me llamó el Presidente de la Brigada Juvenil de Trabajo Revolucionario de la AJR en el barrio, Ramón Guevara Montano (yo era el organizador) y me dijo que debíamos constituir un Comité de Defensa de la Revolución. Le pregunté sobre qué iba a hacer ese Comité y solo me dijo: “eso mismo: ¡Defender la Revolución!”
Visitamos a algunos vecinos y formamos el Comité. La única orientación fue vigilar al enemigo, aunque, en realidad, en aquella zona, no había personas contrarias al proceso revolucionario.
Algún tiempo después, Ramón Guevara Montano –primo mío- fue llamado a la vida militar, donde alcanzó los grados de teniente y en abril de 1970, en la región oriental de Baracoa, cayó combatiendo a un grupo de infiltrados de la CIA. Otros tres compañeros cayeron junto a él.
El nacimiento de los CDR fue así, en medio del fragor del combate, sin papeleo ni ceremoniales. Fue un movimiento espontáneo, ágil, que en poco tiempo puso a  raya al enemigo a todo lo largo y ancho del país.
El propio desarrollo de la Revolución, su enfrentamiento al enemigo y las tareas políticas, económicas y sociales, fueron la savia que nutrieron la vida de esta organización que cuenta hoy, después de 56 años, con unos ocho millones de integrantes en el país.
Este 27 de septiembre, como en todas las cuadras, en la mía nos reuniremos los cederistas para  esperar y celebrar la fecha. Ya ninguno de los fundadores tiene aquí cargos de dirección. Unos ya no están físicamente; otros, con limitaciones de salud. La dirección completa está integrada por jóvenes que incluso sus padres no habían nacido o eran niños aquel 28 de septiembre de 1960.
Pero la organización sigue marchando. Sigue siendo una fuerza  inextinguible de pueblo. Continúa defendiendo la Revolución. Haremos una caldosa  y un brindis para esperar  y celebrar la fecha y ratificaremos nuestro apoyo sin límites al socialismo que construimos y defendemos. Y lo haremos con el orgullo de contar todavía junto a nosotros al fundador de los CDR, al cederista mayor, al creador de una organización sin pararelos en el mundo, a nuestro eterno Comandante en Jefe Fidel Castro.

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