martes, 20 de julio de 2021

La “ayuda” yanqui proyectada para Cuba

 


.Orlando Guevara Núñez

Es conocido que Estados Unidos no solo ha tratado de matar a la Revolución cubana, sino que trató de impedir su nacimiento. Y ha utilizado los más brutales medios para conseguir su genocida propósito. Bloqueo, formación de bandas armadas contrarrevolucionarias, la invasión de Playa Girón, la amenaza de exterminio nuclear, miles de sabotajes, infiltración de grupos terroristas, guerra bacteriológica, entre otros no menos criminales. Y siempre, junto al crimen, la mentira.

Hoy  la estrategia ha cambiado, pero con los mismos fines. Para quienes creen en las patrañas de una supuesta ayuda a Cuba, valga recordarles lo establecido por la Ley Helms-Burton.  Lo dicen ellos, no nosotros.

Lo primero es derrotar a la Revolución. Luego, establecer un gobierno de transición, encabezado por un gobernador norteamericano. Puntualizan que aún así, se mantendría el bloqueo hasta que sean recuperadas todas las propiedades nacionalizadas, lo que implicaría, además, privatización de la salud pública, de la educación, abolición de las leyes revolucionarias, regreso de los latifundios, de los monopolios e instauración del sistema capitalista.

Otras medidas serían desaparecer a nuestras instituciones armadas y organizaciones políticas y de masas, e instaurar una policía a imagen y semejanza de la existente en Estados Unidos. Súmese el propósito de establecer un sistema electoral  con los patrones que rigen el de ese país, con el regreso de los políticos   corruptos subordinados a los intereses del imperio.

Un día, en conversatorio con un grupo de cederistas, al explicarse estos propósitos, una anciana definió con solo tres palabras y 19 letras, su conclusión: ¡Están comiendo mierda!

Hoy ante el recrudecimiento del bloqueo y el desesperado intento de destruir  la Revolución, ante las más burdas mentiras, sobre todo a través de las redes sociales, le pido permiso al profesor Reynaldo Taladrid para no sacar yo mis propias conclusiones, me basta con sumarme a las expresadas por la anciana cederista.

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