viernes, 16 de julio de 2021

Estados Unidos contra Cuba: siempre entre el crimen, el odio y la mentira


 

.Orlando Guevara Núñez

 

Los  trece gobiernos norteamericanos de turno desde que triunfó la Revolución cubana, sin excepción, han tratado de destruirla. Con similares o distintos métodos, pero siempre con el mismo fin. Republicanos y Demócratas han sido el mismo perro con iguales collares. Algunos han ladrado menos, pero todos han mordido igual.

Un documento oficial norteamericano,  en abril de 1960, revela las sucias intenciones. “El único medio previsible para enajenar el apoyo interno es a través del desencanto y el desaliento basados en la insatisfacción y las dificultades económicas. Debe utilizarse prontamente cualquier medio concebible para debilitar la vida económica de Cuba. Una línea de acción que tuviera el mayor impacto es negarle dinero y suministros a Cuba para disminuir los salarios reales y monetarios a fin de causar hambre, desesperación y el derrocamiento del gobierno”.

El 3 de febrero de 1962 se oficializó el bloqueo que ya estaba en marcha y se mantiene hasta hoy. Ellos le llaman embargo. Es, en realidad, una criminal guerra económica, un genocidio que el pueblo cubano ha enfrentado con heroísmo y dignidad.

 

Pero ese bloqueo, desde el inicio, incluso desde antes, estuvo acompañado de los más brutales crímenes, las más sucias maniobras y las más despreciables mentiras.

 

Entre 1961 y 1965 el gobierno de los Estados Unidos, a través de la CIA, organizó, armó y dirigió la creación en Cuba de 299 bandas contrarrevolucionarias, con  3 995 mercenarios que asesinaron a maestros, campesinos, obreros, a familias humildes, incluyendo a niños. El pueblo miliciano, sumado a nuestras instituciones armadas, aniquiló a estas bandas, al costo de 549 muertos y cientos de heridos.

En el período comprendido del 30 de noviembre de 1961 hasta enero de 1963, Estados Unidos ejecutó contra Cuba  5 780 acciones terroristas, incluyendo  716 sabotajes de envergadura contra instalaciones industriales. En esta larga y tenebrosa historia de agresiones, 3 478 cubanos han perdido la vida y 2 099 sufrieron lesiones que los marcaron como incapacitados.

El 17 de abril de 1961, se produjo la invasión  mercenaria de Playa Girón, también organizada, dirigida, armada, entrenada y financiada, con 45 millones de dólares,  por el gobierno de los Estados Unidos. La agresión, respaldada por barcos, aviones, tanques y artillería, fue pulverizada en menos de 72 horas. Pero Cuba, en su legítima defensa, perdió la vida  de 176  de sus hijos, con  más de 300  heridos, muchos de ellos con discapacidad  permanente.

En octubre de 1962, durante la conocida Crisis de Octubre, Estados Unidos amenazó a Cuba con un exterminio nuclear. Y los cubanos preservamos la vida porque fuimos capaces de arriesgarla para defender nuestra libertad y soberanía.

A parte de todo eso, entre 1962 y 1994, se realizaron desde la ilegal Base Naval de Guantánamo 13 498 acciones de provocación,  buscando un pretexto para una agresión  militar a suelo cubano. Reiteradas violaciones del espacio aéreo cubano, incluido el aterrizaje de helicópteros fuera del perímetro de la base, así como violaciones de nuestro espacio marítimo” . Inclúyase aquí  ocho muertos y 15 que sufrieron incapacitación.

A esa lista criminal, pueden sumarse en el expediente de la guerra de Estados Unidos contra Cuba,  638 conspiraciones contra la vida del Comandante en Jefe Fidel Castro.

Quema de cañaverales por avionetas mercenarias, secuestro de naves aéreas, incendio de establecimientos, agresiones a tripulaciones pesqueras, asesinatos, infiltraciones mercenarias, violaciones de nuestro espacio aéreo, lanzamiento de propaganda contrarrevolucionaria… la lista es larga y tenebrosa. Los agresores y asesinos, en todos los casos o han  procedido de los Estados Unidos, o se han s recibido allá como héroes. Y cuando han sido capturados, juzgados y sancionados por la justicia cubana, las campañas imperiales  han difundido por el mundo las más burdas mentiras sobre la realidad de los hechos.

La CIA ha utilizado en varias ocasiones la guerra bacteriológica contra Cuba, causando muertes de seres humanos, de animales y daños irreparables a plantaciones que constituyen renglones básicos para la alimentación y la exportación cubanas. Sólo el dengue hemorrágico, en 1981, causó a Cuba 158 muertes, entre éstas las de 101 niños. Súmese la introducción de plagas como la roya de la caña de azúcar, el moho azul del tabaco, el insecto Trip Palmi contra cultivos agrícolas, la conjuntivitis hemorrágica y la fiebre porcina. Estas agresiones han quedado totalmente impunes, apañadas por la mentira y el apañamiento de las principales autoridades norteamericanas.

Leyes cavernarias y criminales como las de Ajuste Cubano, Torricelli, Helms-Burton y otras, han permitido que cada gobierno norteamericano asuma las medidas anteriores y recrudezca el bloqueo contra Cuba.

Cuba ha resistido todos esos y otros muchos embates. Pero no se ha rendido. Y es eso lo que no pueden perdonarle sus enemigos. Ese es el legado asumido hoy por el actual presidente de los Estados Unidos.

Siempre las mismas agresiones,  los mismos crímenes, las mismas mentiras, pero siempre con el mismo fracaso. Esta es solo una parte de historia de esa guerra sucia contra Cuba, que sirve para medir la grandeza, el heroísmo y la voluntad del pueblo cubano para seguir siendo lo que somos y no regresar jamás a lo que fuimos. O lo que es lo mismo: Seguiremos siendo socialistas y no regresaremos jamás al capitalismo.

 

 

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