jueves, 13 de febrero de 2020

Hay que poner hospital de almas como se pone hospital de cuerpos







Orlando Guevara Núñez

No aparece consignada  la fecha, ni el nombre del amigo a quien José Martí dirigiría esta carta. El escrito aparece en el Cuaderno de Apuntes 17. Se aclara que el blog de notas que lo contiene, es de 1892-1894. Parece, por eso, enmarcarse en ese período.
Comienza hablando de ganar un alma, consolar un alma, y proponiendo haya menos palmas y más almas. “Yo quiero consolar al triste, enseñarle al confuso lo que hay de verdadero en su doctrina, y no lo que hay de ira y soberbia, y mucho amor de sí. Yo quiero que el rico vea y entienda la amargura toda, y la amargura raíz de la vida del pobre, y en cuanto el pobre lo es por la injusticia natural, o lo es por la injusticia o la ignorancia humanas”
Se afilia Martí, en este caso, a las penas de los pobres. Y es cuando afirma lo que es patria, refiriéndose a la equidad, el respeto a las opiniones y el consuelo al triste. ¿Por qué no sentirlo-dice- mientras haya en el mundo pena, mientras haya injusticia en mi patria?
Pensando en esa realidad, afirma que “Morir no es nada, morir es vivir, morir es sembrar. El que muere, si muere donde debe, sirve. Cita el ejemplo de que ¿quién vive más en Cuba que Céspedes y Agramonte?  En su prédica, aconseja: Vale, y vivirás. Sirve y vivirás.  Ama y vivirás. Despídete de ti mismo y vivirás. Cae bien y te levantarás (…)
Con una metáfora expresa un hondo sentimiento de amor: “Hay que poner hospital de almas como se pone hospital de cuerpos”. Planteó curar la enfermedad con la mayor ternura, advirtiendo que no por eso hay que dejar de ponerle nombre a la enfermedad. Y califica de infame a quien lastima a la patria cuando ésta se levanta.

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